Un gorilote caído del infierno y convertido en canciller golpista sediento de sangre, es uno de los figurines de la dictadura que ha impuesto sus designios a unos de los países más pobres de Nuestra América para acentuar los problemas que gravitaban sobre la vida de los hondureños. Con el nuevo gobierno que usurpó el poder constitucional después del golpe de estado, se ha inaugurado una nueva etapa del fascismo americano dedicado a someter al pueblo a sus intereses ,apoyados internamente por la oligarquía, los militares y la jerarquía eclesiástica, que no ha tenido escrúpulos para manifestar públicamente su alienación a la represión, a la muerte, el desalojo y el allanamiento junto a la persecución, como ya está declarando Luther Castillo, coordinador de la resistencia en ese país, que su vida corre peligro porque está entre los buscados por los paramilitares.
Miente el “canciller” sin cartera, ilegítimo de Honduras, cuando negó hoy en declaraciones a la radio Cooperativa, de Chile, que la policía haya disparado este domingo contra manifestantes en el aeropuerto de Tegucigalpa: “La policía no hizo ningún disparo, sino que entre los propios grupos antagónicos se fue un disparo” y además afirmó que en su país “todo está en orden”, como si las imágenes transmitidas ayer por la televisora regional Telesur fueran inventadas, al igual que las fotos que han circulado en Internet y que divulgado los diarios de todo el mundo en primera plana condenando los hechos criminales.
Hasta dónde llega el cinismo del gorilotte “canciller” golpista de manifestarse así cuando en el país se debaten fuerzas desiguales de paramilitares y oligarcas pertrechados y armados hasta los dientes contra el pueblo indefenso, sin armas que tiene por fortaleza la razón que les asiste.
En Honduras SÍ hay REPRESIÓN, diplomático sin diploma.
En Honduras SÍ se están matando a personas sencillas y humildes del pueblo por solo abogar por restituir el orden y la ilegalidad que ustedes mismos mancillaron en su país.
En Honduras SÍ están pisoteados los más elementales derechos humanos a la vida, a pensar, a manifestarse, a tener acceso a la verdadera información que ha sido condenada y sujeta a los designios de la cadena nacional golpista.
La camarilla golpista, los militares y policías asociados y todo el que ha tenido responsabilidad en el ataque brutal y deshumanizante a la población que ayer cobró dos muertos y más de una decena de heridos, serán ajusticiados por traidores y asesinos.
Mientras, el pueblo sigue en su pacífica batalla por el restablecimiento de la constitucionalidad y los derechos que les han sido mancillados en su propia tierra, tal y como se lo pidió el verdadero y único presidente de Honduras, Manuel Zelaya en su mensaje.
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