jueves, diciembre 06, 2012

Médico, delegado y… ¿loco?

Elio Abreu Travieso, el Médico y delegado de Santo Tomás. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Elio Abreu Travieso, el Médico y delegado de Santo Tomás.

















Por Rouslyn Navia JordánFotos: Ismael Francisco/Cubadebate.

“Santo Tomás se ha convertido en parte de mi existencia, me siento un santotomeño, como ellos se definen. Eso, santotomeño y cenaguero, aunque no sea natural de aquí.” Así anuncia con orgullo Elio Abreu Travieso, “el médico”, como le han bautizado los habitantes de ese remoto paraje del occidente cenaguero.

Allí lo enviaron hace poco más de un año durante el servicio social cuando concluyó los estudios en su natal ciudad de Cárdenas, como parte del nuevo programa de formación en los policlínicos docentes.
 
Cada septiembre acuden recién graduados a ocupar responsabilidades en consultorios como parte del Plan Turquino-Manatí. En la Ciénaga de Zapata todos lo saben, así que en Santo Tomás lo recibieron quizá esperando el adiós acostumbrado al cumplirse el plazo.

Sin embargo, durante una de sus visitas de descanso allá en la Ciudad Bandera, Elio logró que la familia pusiera el grito en el cielo ante el anuncio; el mismo causante de fiesta y alegrón en el batey: “me quedo”, expresó con firmeza, y remató “indefinidamente”.

UN MÉDICO “LOCO” QUE SE QUEDÓ

Unos meses antes de graduarse, había recibido la noticia sobre el lugar que le estaba destinado para el cumplimiento del servicio social. “Difícil acceso, dijeron, y me explicaron las condiciones: la ausencia de electricidad, la lejanía de más de 30 Km con cualquier otro poblado, etc. Me dio un poco de miedo, imagínense, permanecí siempre en la ciudad, nunca había venido aquí.

“Cuando llegué, el impacto resultó tremendo. Pero, luego me adapté a esta rutina con las maravillosas personas de la zona, con las cuales mantengo excelentes relaciones. Representa una experiencia inolvidable la de poder entrar en contacto con la Naturaleza y en especial con la idiosincrasia y las tradiciones del cenaguero, hacerme partícipe de ellas.”

La familia incluso lo ha tildado de loco, se preguntan qué le ha gustado tanto allá que cuando viaja de visita a casa siempre está ansioso por regresar. “Han venido a verme, creo que tratando de encontrar la respuesta, pero no hay misterios, simplemente me siento bien aquí.

“Algunos opinan que me voy a atrasar desde el punto de vista profesional, pero no tienen razón porque recibo cursos, clases y la preparación necesaria en aras de continuar superándome.

“En cuanto a las novias… he tenido algunas relaciones y las he traído, pero en cuanto se apaga la planta a las 12 de la noche me dicen: no vengo más”, ríe. “Los mosquitos tampoco ayudan en ese sentido.”

El reducido número de habitantes (alrededor de 69 personas), no justifica la existencia del consultorio médico de la familia. Sin embargo, la lejanía lo convierte en un servicio imprescindible.

“Aquí resultan frecuentes los traumatismos en trabajadores del monte, he visto heridas de todo tipo, así como enfermedades crónicas no transmisibles vinculadas a factores de riesgo. En ocasiones llegan casos de emergencia médica, entre las comunes se encuentran los cólicos nefríticos, la diabetes y la presión arterial descompensada. Por suerte aquí hemos logrado darle solución, lo cual evita hacer venir la ambulancia y realizar el traslado hacia el policlínico.

“Lo malo de trabajar solo radica en que debes hacerlo todo: diagnosticar y poner el tratamiento, lo cual se dificulta incluso más en las noches, cuando no hay electricidad.

“Si bien existen paneles solares previendo tales ocasiones, tenemos problemas con el convertidor del equipo y desde hace más de cinco meses no funciona.

“Varias veces se me ha acabado la batería de la lámpara recargable y me he quedado con la mochita en la mano esperando la llegada de alguien con iluminación para poder cogerle una vena al paciente. Por fortuna, contamos con la posibilidad de mandar a avisar al encargado de la planta y le pedimos que la encienda.

EL DELEGADO QUE LLEGÓ DE LEJOS

Elio conversa con entusiasmo mientras nos ofrece un recorrido por el lugar. No se detiene un segundo, ansía compartir la magia que lo atrapó y nos muestra cada rincón amado.

Llama a los vecinos, solicita café para todos en una de las casas mientras Gino, el mono que vive en la Estación Ecológica, “le pica” un cigarro solo con la intención de destrozarlo.

Más adelante, orgulloso nos muestra un pozo abierto con sus propias manos donde observamos una pequeña claria a la cual dio hospedaje. Enseguida nos aclara que de esa agua no bebe, la emplea en la limpieza del piso y demás menesteres.

“Me esfuerzo por brindar atención esmerada. Estamos distantes de servicios de salud sofisticados, por lo tanto debo dar lo mejor aprovechando los recursos de que dispongo.

“Asimismo, he tratado de ayudar en lo que se considera el banco de problemas de la comunidad. Por esa razón, me eligieron recientemente como delegado de la circunscripción, lo cual consideré un honor.”
“Ahora me corresponde no defraudar la confianza depositada en mí y esforzarme porque el batey prospere y perdure, rescatar sus tradiciones. Ansío convertirme en un protagonista más del acontecer cultural y deportivo.

“Por ejemplo, en este momento chapeamos con el objetivo de embellecer las áreas, y vamos a poner un nuevo cartel en la entrada del poblado. Nos encontramos también mejorando el tendido eléctrico, que se encontraba en precarias condiciones, tarea asumida por nosotros mismos: buscar postes, abrir huecos, colocarlos en posición, etc. De ese modo apoyamos a los compañeros de la OBE.

“Creamos áreas deportivas y planificamos actividades, ya contamos con una promotora cultural y a partir de ahí vamos a enriquecer un poco más la vida.”

Santo Tomás surgió mucho antes de la Revolución, cuando las personas llegaban para obtener madera y trabajar el carbón. Tal y como sucedía en los demás asentamientos cenagueros, la pobreza se extendía y solo después de 1959 comenzaron a notarse mejoras en la realidad diaria de los habitantes.

“Hoy contamos con consultorio médico de la familia, instalaciones deportivas, de comercio y gastronomía, una escuela, círculo social, estación ecológica, planes de carbón y de la Empresa Forestal, una sala de televisión y rehabilitación donde también se ofrecen actividades de lectura y juegos de mesa.

“Los santotomeños son personas muy agradecidas, trabajadoras y humildes, te brindan lo que tienen.”
Si usted llega allí, no lo encuentra en la consulta y pregunta a cualquiera por el médico, probablemente le respondan que salió a montar caballo.

“Se trata de una pasión que tengo desde niño, y pude realizar acá”, sonríe. “En mi tiempo libre suelo dar paseos por el bosque, ir hasta la zanja a montar bote o pescar, me sumo a los juegos deportivos con los jóvenes.

“Anécdotas de aquí hay muchas, buenas y malas. Entre las peores la de quedarse sin transporte en el pedraplén y tener que entrar a pie.”

El occidente cenaguero se caracteriza por su población de cocodrilos. “He visto algunos en las áreas donde viven. Te los puedes encontrar de casualidad en la zanja o en la zona de Maniadero, donde cruzan por encima del camino, pero no se avistan con mucha frecuencia en las áreas habitadas por el hombre.

El día se nos pasa escuchando los cuentos de Elio, quien casi nos convenció de chapotear en la zanja inundada para que alcanzáramos a disfrutar de la fauna local, y se asombró de que no escucháramos el disparo con que pusieron a dormir el sueño eterno a un puerco jíbaro colado en el pueblo mientras degustábamos un sabroso café.

Ha llegado la hora de marchar… el sol ya calienta fuerte y aún tenemos por delante un largo trecho. Por el camino descubro un beso verdoso y húmedo en el cristal de la ventanilla dejado por uno de los caballos del médico.

Niños de Santo Tomás. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Niños de Santo Tomás. 

Elio Abreu Travieso, el Médico y delegado de Santo Tomás. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Elio Abreu Travieso, el Médico y delegado de Santo Tomás. 

Consultorio Médico de Santo Tomás. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Consultorio Médico de Santo Tomás.

Santo Tomás. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Santo Tomás.

Gino el Mono de Santo Tomás. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Gino el Mono de Santo Tomás.

Las manos de una Cenaguera,  Santo Tomás. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Las manos de una Cenaguera, Santo Tomás. 

Carbonero de  Santo Tomás. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Carbonero de Santo Tomás.

Niños en Santo Tomás. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Niños en Santo Tomás.

Niños en Santo Tomás. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Niños en Santo Tomás.

El mono picando cigarros  Santo Tomás. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
El mono picando cigarros Santo Tomás
La despedida del caballo en Santo Tomás. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
La despedida del caballo en Santo Tomás.

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