Amanece hoy Nueva Gerona vestida de cumpleaños, más de 37 lustros mostrando su hermosura y tradición de ciudad insular, que abrió los brazos a navegantes de todas las latitudes y les entregó su belleza y perfume de azahar. Se vio muy honrada también al guardar en su pecho a sus ilustres hijos, a esos que como Bruno Hernández y sus compañeros, entre muchos otros, la mantuvieron viva e insurrecta, más tarde enaltecida por el amor eterno de Martí y de Fidel en dos octubres distantes en el tiempo y muy cercanos en las ideas.
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