viernes, julio 05, 2019

José Maceo Grajales: Un eterno combatiente



Por Sergio I. Rivero Carrasco
“(…) era, (…) de alma como un niño ante la
pena de sus compañeros, fuerte en la pelea, débil en
el cariño, casi paternal, que a todos nos ofrecía”.
General Francisco de Paula Valiente

La historia patria se vive día a día desde que hace más de 150 años los patriotas mambises con machete en mano decidieron luchar por la independencia de Cuba del coloniaje Español. Uno de esos eternos combatientes que se recogen en los libros y en la estima de los cubanos es José Maceo Grajales, quien con la estirpe de los Maceo hizo temblar a sus enemigos y ganó el epíteto de “El León de Oriente”, participando durante 28 años en las tres guerras por la independencia de Cuba en las que alcanzó los mayores honores dentro del campo insurrecto y de soldado llegó a ostentar el grado de Mayor General del Ejército Libertador.

Su colosal hoja de servicios y la intrepidez desplegada en el campo de batalla lo llevaron a
ser imprescindible y ganar la honra entre la tropa y los principales jefes mambises. En una ocasión salvó la vida de su hermano Antonio, y fue cuando el mayor de los Maceo Grajales resultó gravemente herido de siete balazos en Mangos de Mejía, en 1877, y José, junto a María Cabrales, la esposa del “Titán”, lo defendió con pasión y celo, con ese que distinguía las relaciones y el amor entre hermanos y el de su esposa. 

Entre las muchas ocupaciones que tuvo José, fue las de leñador, soldado, guía, centinela, sanitario y jefe astuto, quien caminó muchas veces hacia atrás para despistar al enemigo, y así evitó que el general Antonio cayera en manos de los cientos de soldados españoles que le seguían el rastro a la pequeña comitiva, pisándole los talones como fieras.  Pero antes, en el feroz combate de Cafetal La Indiana, en 1871, resultó Antonio quien había salvado la vida de José, arriesgando la suya. También formó parte de la expedición que condujo Flor Crombet y que desembarcó por Duaba el primero de abril de 1895.
José Maceo con la Máxima Dirección de su ejército
 José Marcelino Maceo Grajales fue uno de los siete hijos varones frutos del insigne matrimonio entre  Mariana Grajales, la indómita cubana descendiente de dominicanos, con el venezolano insurgente Marcos Maceo. Vio la luz el 2 de febrero de 1849 en la antigua provincia de Oriente y  a los 47 años lo sorprendió la muerte al caer mortalmente herido en pleno combate que tuvo por escenario la Loma del Gato el 5 de julio de 1896. 

Sepulcro de José Maceo
Fue José Maceo Grajales un gran hombre preocupado por sus soldados, con alta sensibilidad musical, muy valiente, conocedor el arte de la guerra, diestro y maduro, se convirtió en un verdadero guerrero; pero colérico, temperamental y con poca  paciencia. Tuvo una familia sencilla, en la que primó la honradez y en la que el amor a la libertad fue un distingo permanente. Conformó su personalidad, en la cual destierros, prisiones, heridas, persecuciones, intrigas y discriminación forjaron un recio carácter. 

La historia nos ha confirmado que José Maceo con sus 1500 combates y las casi dos decenas de heridas en su cuerpo, a 123 años de su caída en combate, se nos muestra como un paradigma de revolucionario independentista, un hombre todo verdad amante de la libertad, estirpe de la familia Maceo-Grajales y su ejemplo de patriota valiente,  lo mantiene vivo en las nuevas generaciones como un eterno combatiente.

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