sábado, febrero 15, 2020

Faustino Pérez y su dimensión a la altura de un siglo


Por Sergio I. Rivero Carrasco

Hay hombres que vienen al mundo para hacer el bien, y contribuir a multiplicarse en muchos hombres, a conducir tras de sí a otros muchos y emprender grandes obras de beneficio común con entereza, entrega, hidalguía y una especial jovialidad y fortaleza de espíritu.

Parece que el 15 de febrero está signado en el calendario de la historia para traer a la vida hombres-luz. Es así que en  un modesto hogar en La Larga, zona rural perteneciente a Zaza del Medio, en la antigua provincia de Las Villas, perteneciente hoy a Sancti Spíritus, nació Faustino Pérez Hernández en esa misma fecha de 1920, signado hoy por su centenario.


Humilde campesino con diez hijos, José Demetrio Pérez Leal, inmigrante canario y padre de Faustino, tuvo que sacarle con sus manos y sudor a la tierra ajena el sustento para sí y la vasta familia, en busca de mejores posibilidades de vida en una época marcada por el desalojo, un fenómeno común en la época que el propietario de tierras utilizaba para deshacerse de los que trabajaban en sus terrenos, entre otras cosas, para aprovecharlos y apoderarse de cosechas y productos gratuitamente. Ese espíritu incansable de laboriosidad y enfrentamiento a la vida, también marcarían al joven Faustino para su desempeño posterior.

Se ha publicado por sus biógrafos, que siendo muy joven aun, con la lectura de La Historia me Absolverá, acabó de consolidar su coincidencia con los ideales y objetivos expuestos allí por Fidel, lo cual motiva a un acercamiento más profundo al grupo moncadista. Así se va convirtiendo en un asiduo visitante del apartamento de la calle Jovellar donde vivían Melba Hernández y Haydée Santamaría, intercambio que contribuyó a consolidar sus principios revolucionarios y concientizar en la necesidad de la lucha parar transformar las bases de la nación.

Ubicado entonces para entonces en la vanguardia revolucionaria cubana como parte en la Dirección Nacional del Movimiento Revolucionario 26 de Julio (M-26-7)  desde su fundación el 12 junio de 1955; ya el 5 de diciembre tiene el bautismo de fuego en Alegría de Pio no solo defendiéndose bravamente con su pistola ametralladora, sino prestando auxilio a los heridos  dondequiera que se encontraban, como médico combatiente. En Cinco Palmas recibe Faustino el encargo de llevar a las ciudades la noticia de que Fidel vivía y el núcleo guerrillero proseguiría la lucha y a vez llevar a la Sierra a periodistas que pudieran dar alcance nacional e internacional a la información. para contrarrestar la desinformación oficial de que Fidel y sus compañeros expedicionarios habían muerto todos. 

Los que tuvieron la especial oportunidad de compartir parte de su vida y obra guardan imborrables recuerdos de su personalidad y han sentido de transmitir a las generaciones más jóvenes esas páginas heroicas e imborrables que marcaron sus días, dedicadas con especial devoción al triunfo de la causa revolucionaria primero y al avanza del socialismo una vez alcanzado el triunfo definitivo con la guía de Fidel, al cual acompañó de manera incondicional en momentos difíciles de la Patria.

Tras el triunfo de la Revolución, Faustino Pérez integra el primer Gobierno Revolucionario, nombrándosele Ministro de Recuperación de Bienes Malversados (MRBM). En menos de seis meses de trabajo recuperó veinte millones de pesos en efectivo y  cincuenta millones  en bienes materiales, llegando a 400 millones a fin de año, los que fueron utilizados para encauzar la Reforma Agraria. La experiencia acumulada y los éxitos obtenidos por Faustino al frente de la Administración Civil del Territorio Liberado y su preparación médica coadyuvan al planteamiento de una nueva misión a inicios de 1960: la organización del Servicio Médico Rural en la Sierra Maestra, actividad que acomete con ímpetu y entrega, y desarrolla exitosamente. 

En 1962 organizó el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos y emprendió la Revolución Hidráulica en Cuba con la construcción de presas, micro-presas y pequeños embalses para utilizar el agua en favor del desarrollo del país; así participó en la inauguración de la Presa Viet-Nam Heroico en la Isla, citado varias veces por Fidel en su discurso como ejemplo de cuadro disciplinado y emprendedor. 

Así  ocupó altas responsabilidades en el Partido y el Gobierno, como Secretario del Comité Regional del Partido en Sancti Spíritus, Embajador de Cuba en Bulgaria, Miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba desde su constitución y Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular y Jefe de la Oficina de Atención a los Órganos Locales del Poder Popular, adscrita al Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros y ya con 70 años solicitó y asumió la dirección de un programa de desarrollo agropecuario y social en la Ciénaga de Zapata.

Una vida entregada a la Revolución con una entrañable fidelidad a su máximo líder, que sentó academia y liderazgo como cuadro con métodos y estilos de trabajo partidistas en constante vinculación con el pueblo, consciente de que éste necesitada del trato amistoso, del oído cercano y los dirigentes en su zapato para poder evaluar con justo sentido humano sus problemáticas y con esa misma sensibilidad emprender la solución.

A la altura del centenario de su natalicio y una ejemplar historia de vida, alcanza una gran dimensión para las más jóvenes generaciones, porque sigue presente en cada empeño del proyecto social que también inició junto a Fidel, y salta en mi memoria aquella sabia y elocuente frase del Comandante Pedro Miret  en el sepelio de Faustino el 12 de diciembre de 1992 cuando lo caracterizó ante su tumba como “humilde y desafiante”, integrando estos valores al sentido humanista de la vida que él poseía con ternura y firmeza inigualables.

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