
Mi país, un ejemplo singular, es la única nación en experimentar masacres periódicas de gente a manos de asesinos con armas automáticas. Cuando los familiares de las víctimas se unen para rogar a los legisladores que prohíban la venta de tales armas, otros ciudadanos se levantan airadamente para defender “nuestros derechos de la segunda Enmienda. La Enmienda dice: “Siendo necesaria una milicia bien regulada para la seguridad de un estado libre, el derecho del pueblo a portar armas no será infringido”.
Los argumentos de la segunda Enmienda acerca de tener milicias reguladas, que no tenemos, son usados como argumentos para el temor. Los cazadores no están amenazados por las leyes de control de armas porque ellos no usan fusiles de asalto o subametralladoras –o al menos no debieran usarlos si Bambi va a tener alguna posibilidad y la caza sea realmente un deporte.