
Por Diego Rodríguez Molina
Nuevas referencias históricas sobre José Martí dan una imagen diferente con que algunos identifican al joven en la Isla de Pinos de 1870, y que mucho contradice la visión del muchacho apacible y aislado que se tenía hasta ahora de su estancia aquí, uno de los pocos lugares de Cuba donde residiera.
Su inquietud traspasa las restricciones del tránsito al destierro en España y las limitaciones de su salud, afectada por las canteras y el presidio habaneros, a donde lo confinaran los colonialistas por sus tempranas ansias libertarias.