Hacía tiempo que Fidel no aparecía en público. Como me dijo en La Habana un cubano: “es clamoroso el silencio del Comandante”. Muchos suponían que se encontraba enfermo. Quizás recluido en un hospital, y con su estado de salud tratado como secreto de Estado.
Poco antes de salir yo para Cuba, a mediados de enero, corrió la noticia de que Fidel había muerto. Por centésima vez… Me llamaron varios periodistas interesados en saber si yo había recibido la confirmación del suceso por parte de mis amigos cubanos.
Indagué, y efectivamente Fidel murió el 3 de enero del 2015, en Nairobi, Kenia, y su nombre completo era Fidel Castro Odunga, hijo de un keniata que de joven había estudiado en Cuba.