miércoles, agosto 08, 2007

CONSTANCIA ESCRITA, SÍ


La nueva reflexión del jefe de la Revolución cubana, Fidel Castro, fue un sentido y viril llamado a la dignidad nacional, al amor patrio, a la tradición de lucha e idiosincrasia del cubano, que, como los mambises, guerrilleros, milicianos, alfabetizadotes, obreros y estudiantes, nunca claudicaron ni entregaron las armas en el campo de batalla.
En una de sus partes el Comandante en Jefe precisó: “ Para la inmensa mayoría de nuestro pueblo lo esencial es conocer cuál fue el comportamiento moral de los atletas, que con tanto sacrificio los educa y forma (…)
El atleta que abandona su delegación es como el soldado que abandona a sus compañeros en medio del combate. Cuba dispone de muchos buenos deportistas pero no se los ha robado a nadie. El pueblo disfruta además de sus maravillosas actuaciones. Es ya parte de su cultura, su bienestar y su riqueza espiritual.
Mucho rechazo a esta actitud vende patria y traidora ha recibido la crítica severa del pueblo y más ahora en que se detallan algunos de los pasajes por ellos vividos que nada tienen que ver con la educación, la ética y la moral socialista con la que crecieron y se forjaron como atletas a partir de la voluntad política del gobierno, porque a nadie debe llamar a engaños, que Cuba, un país agredido, bloqueado y pobre, tiene que hacer un gran esfuerzo para mantener la garantía de formación de deportistas y especialistas de otras ramas del arte y la literatura.
Solo queda esperar por la decisión de la Comisión Nacional de Boxeo de Cuba que tiene la responsabilidad de adoptar las medidas sobre lo ventajoso o desventajoso para el país de ausentarse o estar presente en la Asamblea. Cualquier decisión que se adopte tendrá el espíritu y apoyo del pueblo porque será lo más inteligente.
Como dijo Fidel en su reflexión:
“Nosotros, en cambio, debemos continuar la lucha. Ha llegado nada menos que el momento de constituir la lista de boxeadores cubanos que participarán en las Olimpiadas de Beijing, con casi un año de anticipación.
“Imagínense a los tiburones de la mafia demandando carne fresca.
“Algo debemos advertirles: no estamos ansiosos de suministrarla a domicilio. Cuba no sacrificará un ápice de su honor y sus ideas por medallas de oro olímpicas; prevalecerán por encima de todo la moral y el patriotismo de sus atletas”.
Tiene razón Fidel con su título. Esas actitudes de la vida que son utilizadas por el enemigo como armas para enfilarnos los cañones y denigrar impunemente sobre nuestra Revolución y sus virtudes, hay que dejarlas por escrito para que queden en la historia de la vergüenza, la dignidad, el decoro y el patriotismo de los cubanos de por vida.

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