domingo, julio 12, 2009

El regreso de Zelaya es lo constitucional

Es llevado y traído en estos días si se logra por fin el regreso de Zelaya a Honduras y con él la eliminación del gobierno de facto que lo despojó de sus funciones el domingo 28 de junio.

No ha sido cosa fácil ese retorno. Los que arrebataron están queriendo sellar la jugada y lograr el tiempo necesario para un cambio de estrategia de modo que les permita adelantar elecciones o convocar a una constituyente.


Este Goriletti usurpador, quien llegó al poder haciendo ver que estaba en pleno ejercicio previsto en la Constitución vigente en Honduras, tiene una larga historia en la política y en el empeño de cambiar las constituciones, hecho que ha estado silenciado por los medios de comunicación durante años. En 1985, trató de convertir el Congreso Nacional hondureño en una Asamblea Nacional Constituyente para reformar la Carta Magna que actualmente defienden los golpistas como su símbolo trascendental ante la actual crisis política.

Según se plantea en Telesur, “en aquella época se presentó una trifulca y fue suspendida la presentación de la propuesta, dado que en aquél entonces la acción de Micheletti también se consideró traición a la patria y los diputados opositores del partido nacionalista sabían que esa Constituyente únicamente buscaba la extensión del mandato del presidente liberal Suazo Córdoba.”

Tal apego a las ilegalidades lo hacen imputar a Zelaya 18 cargos para ser ajusticiado por la ilegal Corte Suprema de Justicia, lo que a criterio de expertos abogados hondureños, es una gran mentira y estratagema de los sicarios para demeritar la imagen del presidente Zelaya, al que incluso, han acusado de traición a la Patria.

Siguen luchando los hondureños organizados en el Frente Único de Resistencia, quien aglutina a los sectores y organizaciones sociales que se oponen al golpe y reclaman el retorno de la constitucionalidad al país, el cese de las violaciones de los más elementales derechos humanos, el maltrato, las agresiones, los allanamientos, los secuestros y la aplicación de todos los métodos fascistas y terroristas que han practicado en el hemisferio las dictaduras militares.

Pero lo único constitucional, plantean, es el regreso de Zelaya y con él los derechos constitucionales de los hondureños a decidir como pueblo su propio destino, sin que las oligarquías representativas de las 13 familias acaudaladas que controlan las riquezas del país, tengan nada que ver. La única democracia es la que el pueblo decide su propio destino, la que los representa, la que les da voz y voto y trata de equiparar las oportunidades de todos sus hijos a pesar de tener que convivir en sociedades y en un mundo en que la equidad es una palabra casi inexistente.

En entrevista concedida hoy a Telesur, desde Washington, el presidente constitucional de Honduras José Manuel Zelaya ratificó: “En cualquier momento, en cualquier día, en cualquier lugar. Eso es parte de una seguridad que ellos tienen que tener, ellos me conocen perfectamente y saben que no van a poder evitar, no van a poder gobernar, en un sistema de facto en Honduras, ni el pueblo lo permite, ni la comunidad internacional, ni nosotros y estaremos dispuestos siempre a estar frente al pueblo."

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