sábado, septiembre 29, 2012

Cambios demográficos pueden ser decisivos en las elecciones norteamericanas

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Por Matt Lemonicc

Cuando faltan solo seis semanas para las elecciones presidenciales de Estados Unidos, analistas advierten que las tendencias demográficas, en especial la inmigración, hacen cada vez más difícil que un republicano obtenga la Presidencia.

El actual desafiante, Mitt Romney, del opositor Partido Republicano, no parece estar ni cerca de achicar el terreno, al menos para estos comicios.

Según académicos y encuestadores, la tendencia no solo complica las esperanzas republicanas ahora, sino para los próximos años, a menos que ese partido lleve a cabo una significativa reevaluación de sus políticas sociales y económicas.


Romney necesita “márgenes exageradamente grandes para competir, y no está cerca de lograrlos”, dijo este martes 25 el académico Ruy Teixeira, del izquierdista Center for American Progress, al presentar un nuevo informe.

De momento, la mayoría de las encuestas muestran a la cabeza al presidente Barack Obama, que supera a Romney por tres o cuatro puntos porcentuales, incluso en casi todos los estados “oscilantes” en los que ninguno de los postulantes tiene clara mayoría.

Para los republicanos, la dificultad radica en dos grupos del electorado que se han vuelto contra esa fuerza política en los últimos años: las minorías y los blancos universitarios, en especial las mujeres. 

Cuando fue elegido en 2008, Obama obtuvo 80 por ciento del voto de las minorías y 52 por ciento del de las mujeres blancas y de educación superior. De acuerdo a los últimos sondeos, su penetración en esos dos sectores permanece casi igual.

En las últimas tres décadas, el voto de las minorías casi se duplicó, hasta llegar a 26 por ciento del total. Mientras, la cantidad de blancos educados también siguió subiendo, mientras la de no educados cayó, todos factores que favorecen al gobernante Partido Demócrata.

De hecho, desde 2008 la cantidad de electores de minorías subió tres por ciento y en igual porcentaje cayó la de votantes de origen anglosajón.

A raíz de esos cambios, si Obama logra otra vez 80 por ciento del sufragio inmigrante, Romney debería duplicar el caudal de votos de ciudadanos blancos que consiguió el candidato republicano de 2008, John McCain.

Algunas encuestas estaduales todavía atribuyen a Romney una ventaja de 20 puntos o más, pero el estudio de Teixeira indica que eso no será suficiente.

“En ninguna parte se ven esos enormes márgenes que precisa para ganar ante un Obama que aparece reteniendo el apoyo de los votantes de minorías e incluso de una parte de los votantes blancos educados”, dijo el académico.

De hecho, si Obama logra atraer 80 por ciento de los sufragios de los no blancos, le bastará con apenas 40 por ciento de los votos blancos para imponerse.

“Las cifras muestran entonces que Romney necesitaría dos tercios de todos los otros votantes para conseguir una mayoría nacional”, sostuvo Ronald Brownstein, director de política de Atlantic Media.
“Ahora, él puede hacerlo. Los republicanos ya estuvieron en ese vecindario en 2010. Pero dos tercios de todos los demás votantes fue lo que consiguió Ronald Reagan en 1984, en la victoria más categórica de la historia moderna estadounidense. Así que es cuesta arriba”, comentó.

“La actual coalición republicana depende tanto de una parte del país que queda en situación incómoda en este nuevo escenario demográfico”, dijo Brownstein. Por ejemplo “están paralizados entre la comprensión intelectual de que deben ganar al votante ‘hispano’ (latinoamericano) y la dificultad que tienen para decidir cómo hacerlo”.

La inmigración es para muchos inmigrantes una valla definitiva, a tal punto que ni siquiera se enteran del resto de la plataforma de Romney. Esto obedece a que el candidato, empujado por los sectores más conservadores de su partido, exhibe una agenda “radical” en materia migratoria. 

“Los republicanos pegaron un bandazo hacia la derecha. Y esto constituye un gran daño entre los hispanos”, estimó Frank Sherry, director ejecutivo de America’s Voice y estudioso de las cuestiones de esa minoría.
Sin bien los votantes hispanos atraen hoy mucha atención del análisis político estadounidense, la cuestión migratoria general tampoco favorece a los republicanos.

Los estadounidenses de origen asiático acaban de superar a los latinoamericanos como la minoría de crecimiento más veloz, pues en solo una década se expandieron en 46 por ciento.
Antes de los comicios de 2008, unos 600.000 asiático-estadounidenses se registraron para votar por primera vez, y ahora se esperan cifras similares.

“El acontecimiento político y sociológico más importante de las últimas dos décadas quizás haya sido el vuelco masivo de las lealtades electorales de esta población”, indicó también este martes Karthick Ramakrishnan, director del National Asian American Survey, en el lanzamiento de un detallado informe.
“Los asiático-estadounidenses pasaron de votar en menos de un tercio a un candidato demócrata en 1992 a casi dos tercios en 2008″.

Más aún, el informe halla un apoyo anormalmente alto de este sector, comparado al del resto del electorado, por temas que se cuentan entre los bastiones demócratas, como el ambiente, las acciones afirmativas, la inmigración indocumentada y la reforma del sistema de salud.

La pregunta, entonces, es cuándo el Partido Republicano dará respuesta a lo que podría convertirse muy rápidamente en un problema existencial.

Este proceso “podría precipitar el debate dentro del partido”, opinó Brownstein. “Un asesor de Romney me dijo ‘es la última vez que alguien trata de hacer esto’: armar una mayoría nacional casi totalmente sobre las espaldas de los votantes blancos”.
(Tomado de IPS)

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