En enero hemos asistido a la prohibición de emisión por la TDT (Televisión Digital Terrestre) madrileña del canal iraní HispanTV.
La medida fue aplicada por el Gobierno de la Comunidad de Madrid a
instancias del Ministerio de Asuntos Exteriores español y en sintonía
con los procedimientos de sanción impuestos al país persa por el Consejo
de la Unión Europea en abril de 2012.
Llama la atención la excusa esgrimida por el gobierno de Ignacio González, según el cual, la cadena HispanTV
y su responsable “violan los derechos humanos”. Otra vez el patrón de
la utilización de los DDHH para encubrir lo que es una acción de censura
bajo criterios políticos espurios, ya que el canal y sus emisiones no
vulneran ninguna ley española.
Necesitan esconder bajo un manto positivo, la
supuesta protección de los derechos humanos, toda acción con impacto
negativo, la prohibición de una televisión. El disimulo es evidente
cuando se aplica siempre como una decisión administrativa lo que es una
clara vulneración de las resoluciones 381 y 819 de la Asamblea General
de la ONU, del artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos o del propio artículo 20 de la Constitución Española;
resoluciones y artículos que garantizan la libertad de opinión,
expresión e información.
Por supuesto que nada tiene que ver el pretexto
esgrimido por los censuradores. Se trata de otro paso más en la batalla
de la comunicación dentro de la guerra global que se libra para defender
el orden mundial unipolar y los intereses angloamericanos de la
doctrina atlántica (EEUU-UE/OTAN) conteniendo a los países que lo
cuestionan, amenazan o estorban.
Los gobiernos de España y de la
Comunidad de Madrid no son los primeros en prohibir la emisión de un
canal, de hecho son meros imitadores, o más bien cumplidores, de lo que
hacen otros gobiernos. En el caso de HispanTV y su gemela en inglés PressTV, el pistoletazo de salida lo dio en enero de 2012 Gran Bretaña, seguida por Alemania y el satélite europeo Eutelsat con el cese de servicios a 19 canales y estaciones de radio iraníes.
Esta censura de guerra no es algo nuevo. Ya en 2004
Francia, abanderada de la excusa humanitaria de la “responsabilidad de
proteger (R2P)”, cortó la señal del canal libanés Al-Manar, medida
aplicada después por EEUU, Australia y Canadá, y que copió en 2005 el
gobierno del PSOE al impedir la difusión de la señal en el satélite Hispasat. Exactamente lo mismo que antes sucediera con los medios yugoslavos, palestinos, libios y sirios.
Se trata pues de asegurar un único discurso e impedir
que nos lleguen las voces de la otra parte con una estrategia clara que
utiliza la censura directa bajo apariencia humanitaria; la sustitución
de los censurados por canales “amigos”; Al-Hurra (Irak), Raha (oposición iraní), Barada (oposición siria), Rustavi 2 (oposición georgiana), Canal 21 (Yugoslavia),…; y el ataque directo sobre el terreno si hay operaciones militares; Televisión Serbia (abril 1999), Hotel Palestina (2003), Al-Manar y otros medios libaneses (2006), televisiones y radios palestinas (2008 y 2012), …
Están nerviosos y se muestra cada vez más agresivos
ante las grietas que aparecen en el dique informativo del pensamiento
único. La emergencia de poderosas y atractivas iniciativas de
comunicación como RT, TeleSur o HispanTV
y la posibilidad de difusión masiva y sin fronteras a través de la red
de redes les asusta. Como decía la Secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton: “Estamos en una guerra de información global y la estamos perdiendo” [1].
No es por humanidad, ni por democracia, es por controlar la información, su información.
[1]: Comparecencia ante el Comité de Asignaciones del Senado el 2 de marzo de 2011.
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