Por Iroel Sánchez
Tomado de La pupila insomne
Cuando hace casi diez años nació la colección Rebeliones,
de la editorial Ciencias Sociales, el objetivo era poder publicar con
rapidez textos breves, de mucha actualidad, que aportaran al debate
ideológico contemporáneo.
El libro Desde el capitalismo. Un paseo crítico por eso que llaman democracia, de Pascual Serrano, cumple como pocos con esa intención.
Este título llega en un momento en que, por un lado, el modelo de sociedad que desde Europa y Estados Unidos
ha sido impuesto al mundo como sinónimo de democracia es cada vez más
cuestionado en esos propios escenarios; y por otro, se trata de vender
la idea de que las transformaciones en curso en Cuba son un viaje encubierto hacia el capitalismo.
Con Pascual me une una ya veterana
amistad, veterana más por los combates compartidos que por el tiempo
transcurrido desde que en el año 2004 nos encontráramos en uno de los
espacios fundacionales de lo que devino la Red de redes en Defensa de la
Humanidad. Su agudeza intelectual, su capacidad de síntesis y su fina
ironía no habían aparecido entonces en forma de libro, pero ya el
periodismo a contracorriente que venía haciendo en el sitio rebelión.org era un referente en nuestra lengua.
Recuerdo cuando apareció Perlas. Patrañas, disparates y trapacerías en los medios de comunicación, publicado en Cuba con el título de Juego sucio,
su primer libro, al que han seguido un grupo de volúmenes de
investigación que juzgo imprescindibles para cualquier análisis del
papel de la información en relación con los procesos sociales, al menos
en América Latina y España.
En Desde el capitalismo. Un paseo crítico por eso que llaman democracia, Pascual vuelve al estilo de viñetas o perlas, presente en Juego sucio…, en que la limpieza de la anécdota se eleva por
encima de las coyunturas para ser, bajo el bisturí del autor, un
acercamiento inteligente, y hasta divertido, a las paradojas que todos
los días ocultan los medios de comunicación del régimen que como él
mismo dice en la introducción a este libro: “ha conseguido que los
ciudadanos pierdan el pensamiento crítico para percibir clamorosos
ejemplos de aberraciones, injusticias y desigualdades que no son
aisladas, sino que forman parte del núcleo del sistema que siguen
empeñados en llamar democracia”.
Procesos electorales, fallos judiciales,
encuestas, y datos, muchos datos, pasan bajo la lupa de Pascual para
demostrarlo y lo hacen con una prosa clara, disfrutable hasta en la
amargura de descubrir los engaños a que somos sometidos todos los días
por esa maquinaria que se ocupa de invisibilizar a autores como él y
vendernos ídolos de cartón incapaces de ir más allá del corral mediático
en que sirven a una estafa incompatible con la honestidad intelectual.
“Hay pocas cosas más absurdas que
transportar basura y hielo a miles de kilómetros”, pero este libro
documenta que eso ocurre en la Europa que manda a la calle a millones de
trabajadores en nombre de la eficiencia. Conceptos aparentemente
sacrosantos como el Producto Interno Bruto o la calidad de la atención
al cliente por las empresas transnacionales saltan en pedazos aquí como
dogmas casi religiosos que no tienen asidero en la realidad con que el
ciudadano común de un país capitalista debe enfrentar su vida cotidiana.
Igual ocurre con la demostración, que evoca esa biografía del
neoliberalismo que es La doctrina del shock de Naomi Klein, del vínculo brutal entre los desastres humanos y el “desarrollo” del capitalismo.
“De modo que cuando leamos que este o
aquel país ha mejorado su Producto Interno Bruto, quizás se trate
simplemente de que ha aumentado el tráfico de drogas o la prostitución,
los incendios han desvastado su foresta, fue sacudido por un terremoto o
ha sufrido una epidemia de malaria”, concluye Pascual después de
levantar una montaña de ejemplos que lo prueban.
Si, como dice el autor de este libro, el
capitalismo ha convertido el imperio de la ley en un talonario de
cheques, donde “cualquier cosa que alguien esté dispuesto a comprar,
alguien estará dispuesto a ofrecérselo por destructivo que sea”, es
posible entender, como se cita aquí, que para el 70% de los españoles
quienes mandan en el mundo no son ya los estados sino los mercados.
En la página 67 de esta edición vuelve Pascual Serrano sobre el gran fotógrafo Robert Capa, uno de los protagonistas de su imprescindible libro Contra la neutralidad,
aún no publicado en Cuba. Recuerda Pascual que en un comentario sobre
sus fotografías durante la Guerra Civil Española, Capa relataba que el
lugar preferido para refugiarse de las bombas eran los sacos de arena
junto a las bóvedas de los bancos porque el sistema creado para proteger
el dinero era mejor que el que debía guarnecer a las personas. Algo que
vimos repetirse en Nueva Orleans durante el huracán Katrina,
cuando, en medio de un gran desastre humanitario, la guardia nacional
estadounidense llegó con la orden de “proteger la propiedad”.
Nada más lejos de la democracia que esa
sociedad “donde todo se vende y todo tiene un precio”. Y nada más
alejado de los valores que alimentaron las discusiones con que los
cubanos consensamos las transformaciones que ahora se implementan en
nuestra sociedad que un futuro como ese, donde “es mejor ser empresa que
ser persona”.
Pascual Serrano, amigo de la Revolución cubana
que comparte nuestras luchas y esperanzas lo sabe, como también sabe
que damos la bienvenida a sus argumentos e inteligencia en el
acercamiento crítico a un mundo que se intenta presentar como una
arcadia a la que al fin nos dirigimos. Gracias una vez más por
iluminarnos las terribles sombras en un camino que no queremos
recorrer.
El hecho de que las “aberraciones,
injusticias y desigualdades” que describe este libro sean inaceptables
para la mayoría de los cubanos es una prueba de que el ideal democrático
está más cerca de nosotros que de quienes intentan imponernos sus
modelos en crisis. (Publicado en CubAhora)
Muchas gracias.
*Palabras en la presentación del libro Desde el capitalismo. Un paseo crítico por eso que llaman democracia, de Pascual Serrano en la Feria Internacional del Libro de La Habana.
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