sábado, diciembre 07, 2013

Hoy amanecemos con el tributo a los mártires

Texto y foto: Sergio Rivero Carrasco

Hoy amanecemos rindiendo tributo al Titán de Bronce en el aniversario 117  de su caída en combate y al 24 de la Operación Tributo; acción que marcó para siempre el amor y admiración del pueblo por sus mártires cuando fueron sepultados de forma simultánea en los 129 municipios del país los restos mortales de los combatientes internacionalistas caídos en el cumplimiento de sus misiones. Para ello los pobladores de la Isla de la Juventud, liderados por la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, se dan cita en el parque Camilo Cienfuegos, los que acompañados por los solemnes redobles de tambores, llegarán en gigante peregrinación hasta el Panteón de los Mártires, para entregar todo el amor y respeto que siente por sus hermanos muertos.

Se dice que más grande es el ser humano cuanto más cerca está de los otros seres humanos. y es tan cierto, que hasta de los restos de sus huesos emana vigor, cuando han sabido existir y resistir con valentía, lealtad e intensidad. Sobre las evocaciones de los héroes se levantan los pinos nuevos que marcan lo imperecedero de su ejemplo hacia el porvenir en que perdurará su memoria y su ejemplo. Ese ejemplo imprescindible para los que hoy tienen esa etapa de nuestra historia solo como una referencia.


Un día los vimos partir hacia África y otros confines y simplemente eran mamá, padre, hijo, hermano, primo, amigo, Raúl, Amalia o sencillamente una o un compatriota de nombre desconocido, esto último en el más remoto de los casos porque en casi todas las familias cubanas se guarda el orgullo de haber tenido un integrante al menos, que haya sido internacionalista.

Luego también los vimos regresar. Y aunque seguían siendo nuestros familiares, amigos o conocidos, podíamos  dialogar y oír historias heroicas con la mayor sencillez que un amigo hace el cuento sin la grandeza de las heroicidades, seguían siendo los mismos, nos parecían tanto, con nuestras mismas virtudes y defectos, pero eran, son y serán nuestros  héroes. Desdichadamente, otros no regresaron; fueron traídos, como sus compañeros de batalla, héroes, mas también por siempre mártires.


Desde el rico continente negro llegaron sus restos a la Patria. Fue lo único que nos llevamos y desde entonces (1989) nació esta hermosa tradición de rendirles el merecido tributo cada siete de diciembre, que nunca abandonaremos.

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