viernes, octubre 02, 2015

Día de la ancianidad: Manos de amor para sus canas



Por Casandra Almira Maqueira
Foto: Arturo Enamorado López

Los rostros de los abuelos del hogar de ancianos Francisca Navia Cuadrado reflejan hoy más alegría, y es que a buena hora ha llegado hasta allí Michel Quintana Jáuregui, un fígaro que porta en sus manos especiales tijeras de amor para sus canas.

Este joven de 34 años conocido por Suchel, nombre de su barbería ubicada en calle 32 entre 37 y 39 en Nueva Gerona, practica esa profesión desde el 2012 junto a la peluquera Marisol Silbante.

Ambos, trabajadores por cuenta propia, llevan adelante un novedoso proyecto de colaboración con este tipo de instituciones destinado a contribuir a una mejor imagen en los de la tercera edad, idea que, asegura Quintana Jáuregui, estuvo inspirada en su abuelo.
“Fue él quien me impulsó en este propósito cuando en cierta ocasión enfermó e ingresó al hospital, entonces pensé mucho en su vulnerabilidad, en cuánta falta le hacíamos y en sus necesidades, pues ellos también requieren que los atiendan y se preocupen por su estado emocional y físico.

“Además, ¿existe alguien que no le guste verse bonito y agradable? Eso hace que uno se sienta mejor y eleve su autoestima. Fue ahí que se me ocurrió, conversé con la directora del hospital general docente Héroes del Baire y arreglamos de inmediato el convenio, por supuesto, sin cobrar dinero alguno”.

Para la mayoría que escucha esto cree que Michel está loco, pues tiene un don natural. Sin haberse graduado en estilos de belleza, su empírea con las tijeras es admirable y para quedarse boquiabierto solo al observar que puede hacer tantos cortes posibles sin tener parecido.

Pero –¿no cobrar?–

“No es la primera vez que lo hago, hay casos en los que para mí, a diferencia del buen gesto, el dinero no tiene la menor importancia; así sucede con Antony de tres añitos, un pequeño encamado y al que visito con frecuencia para escribirle su nombre o hacerle la bandera cubana”.

La iniciativa que apenas da los primeros pasos ya corre de boca en boca causando gran satisfacción en la población, medios locales y sobre todo entre los ancianos.

“Yo creo que es muy buena idea porque lo hacen de buena voluntad –comenta José Pérez Lemus (El Galleguito) de 94 años– y aunque hay algunos que se ponen un poco majaderos nos sentimos agradecidos. Además, que uno sea un viejo no es razón para verse feo, siempre hay que estar presentable”.

Michel trabaja toda la semana de nueve de la mañana a nueve de la noche con clientes jóvenes en su mayoría y aun así ha donado varias jornadas a los adultos mayores del hogar…, de la Casa de Abuelos y a aquellos que se encuentren de ingreso en el hospital, así como a quienes transiten situaciones complejas y excepcionales.

Su gesto sensible y humano debe constituir ejemplo a seguir por las nuevas generaciones de pineros y cubanos en general y la vez que ratifica los valores de solidaridad y amor hacia los de la tercera edad, quienes a veces carecen de cariño y afectos.

Conmovida por tanta muestra de sinceros sentimientos me dirijo antes de irme a Reinaldo Suárez González de 82 años y otro de los beneficiados con el Programa de Atención al Adulto Mayor en Cuba, con quien coincido en que estos rostros jóvenes han llegado de manera maravillosa a motivarlos más; mientras, al corte de cada mechón intercambian tonadas, risas y alegrías para vivir.

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