jueves, marzo 02, 2017

Sentirse pinero


 Por: Jessica Padrón Rodríguez

Cada vez que camino por el boulevard José Martí de Nueva Gerona me siento más pinera, así me dijo hace unos días una doctora que cumple misión internacionalista en Brasil.

Mencionó además, que sentía más suya a la Isla de la Juventud a pesar de estar lejos, y agradece ese espacio donde se puede encontrar la mezcla perfecta de tradición y contemporaneidad.


 
Coincidió su opinión con la de varios visitantes que por vez primera conocieron los tesoros de este pequeño terruño, con la de mis vecinos y compañeros de trabajo. No cabe duda que desde la visualidad el boulevard ostenta calidad y belleza.

Son sus elementos arquitectónicos, arraigados a las tradiciones y costumbres de los habitantes de esta ciudad, los que muestran con orgullo un paseo con variedad de colores engalanado de mármoles, fuentes, obras artísticas y jardineras que lo hacen único de su tipo en el país.

 

Lo ambienta lo más autóctono de la Isla del Tesoro, las cuevas de Punta del Este, el período precolombino y la piratería. Se suman las placas rectangulares de material plástico en amarillo, rojo y azul que nos permiten visualizar algunos de los símbolos que se encuentran en la cueva No. 1 de Punta del Este, denominada por el espeleólogo mayor Antonio Núñez Jiménez, como la “Capilla Sixtina del Arte Rupestre cubano”.

 

Pero mostrar la identidad de quienes residen en el Municipio se hace más fuerte con los pasajes de la Isla que exhibe el boulevard, con los restos de embarcaciones, anclas, cañones y otras particularidades que sirven como decoración recordando a la figura del pirata Pepe el Mallorquín.

 

La Cuba representada en herraduras, el monumento a los símbolos patrios y el hacha aborigen de los Siboneyes que habitaron el Sur de la Isla hace más de 400 años, una obra de arte que engalana la entrada de instalaciones gastronómicas y otros centros en el boulevard.

 

Sentirse pinero es saber que se evoca el himno local: “Isla soy en el amor y el dolor del apóstol/ De Cuba la más preciada joya en los mares del sur/ Dios colmó de dones mis entrañas lleno de mis paisajes de luz…/ El mar me hizo lago de amores y sin violencias para acercarme, Cuba, a ti/ Isla soy… No me dejes sola…No me dejes así”.

Pues muy certera es la opinión de que el boulevard José Martí  es una ambientación con y para la historia, identidad y riqueza espiritual de una isla que transmite una constante invitación a regresar, una joya arquitectónica de Cuba que te hace decir Soy más pinero.

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