sábado, noviembre 05, 2022

La “Operación Carlota” enaltece el internacionalismo de los cubanos.

 


Por Sergio I. Rivero Carrasco

 “…ellos son el caudal de los pueblos”.

José Martí

La vida es lo más preciado para los seres humanos, pero el espíritu independista y el gesto altruista de los cubanos la han puesto en riesgo consciente en disímiles ocasiones, tanto en las gestas independentistas nacionales por más de 150 años, como en otras tierras para contribuir a la independencia de otros países de varios continentes.

Tal es el caso de los más de 386 mil cubanos que pelearon en África, no en busca de méritos personales ni de riqueza alguna, porque no les movía otro deseo que el de ser útiles, cumplir con la Revolución y estar a la altura del tiempo glorioso que les tocó vivir.

Así de intrépidos fueron los jóvenes como Abel, Rodolfo, Antonio, Robier, Carlitos, Diego, Chales, Laffita, Consuegra, Edel…, entre otros cientos de pineros y de todas las provincias cubanas, que abrazaron el ideal internacionalista y arribaron a la República Popular de Angola en una misión que se le dio por llamar “Operación Carlota”, con el objetivo de preservar la independencia e integridad territorial de esa nación, e impedir una invasión de Sudáfrica por su frontera sur, país que junto a los Estados Unidos y el gobierno de Mobutu en Zaire, armó a las fuerzas antigubernamentales de la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA), encabezada por Jonás Sabimbi, promoviendo una invasión por diferentes puntos del país para evitar la consumación de la independencia del hermano pueblo.
 
A esa importante Operación se le da el honroso nombre de “Carlota” como un imperecedero homenaje a la valiente esclava de origen lucumí que encabezó una sublevación el 5 de noviembre de 1843, junto con muchos otros cautivos en el ingenio matancero de Triunvirato, envolviendo en llamas la casa de vivienda de los amos, parte del ingenio y los bohíos del batey, que a su vez fue extendida a otras zonas de la provincia de Matanzas,  siendo apresados por las tropas peninsulares en un desigual y feroz combate. 
 
Una vez capturada, todavía viva Carlota, los oprobiosos militares la ataron de pies y manos a cuatro caballos, que tiraron de ella en sentido contrario hasta desmembrar su cuerpo, en el intento de dar cruel escarmiento a sus seguidores, trascendiendo en la historia la fortaleza, el espíritu de rebeldía y de libertad del pueblo cubano.


La “Operación Carlota” comenzó oficialmente el 5 de noviembre de 1975, cuando al enterarse el Comandante en Jefe de la muerte de varios asesores militares cubanos en Caporolo en un enfrentamiento con fuerzas invasoras, ordenó el traslado de las primeras unidades de combate por vía aérea y naval, iniciándose así una de las más increíbles hazañas militares de la historia contemporánea, con el objetivo de impedir que las fuerzas enemigas tomaran Luanda antes del 11 de noviembre, fecha en que el Movimiento Para la Liberación de Angola (MAPLA) asumiría el gobierno.



La Isla de la Juventud, como parte de este heroico pueblo, también tiene el honor de guardar en el más alto pedestal de la gloria, a una veintena de mártires internacionalistas que en este aniversario 47 de la “Operación Carlota” vale la pena enaltecer, para que los más bisoños beban del ejemplo e intrepidez de esos valientes que entregaron sus vidas por la independencia de otros pueblos como Gilberto Pico, Leonilda Tamayo, Roberto Orestes Moreno, Angel Alberto Galañena, Rodolfo Carballosa, Melecio Hechavarría, Raidel González, Roberto Lafita, Rafael Ávila, Richard Ebanks, Pedro Bueno, Ramón Herrera, Richard Terrero, Orlando Gutiérrez, Carlos Reyes, Carlos Torres, Nelson Machado, Leonardo Azahares, Arístides Domínguez, Carlos Betancourt, Alexis Hechavarría, Ramón Fernández, Máximo Caignet y Rodolfo Codorniú.



Esta importante operación se extendió hasta 1991 en la que unos dos mil cubanos entregaron sus vidas, cuyos restos fueron regresados a la Patria durante la conocida “Operación Tributo”, que a partir del siete de diciembre de 1989, el pueblo de Cuba rememora para brindar el merecido homenaje de recordación y perenne presencia a los mártires internacionalistas.

Ese día toda la luz de Cuba se vio por la ventana de una lágrima, fue el milagro de convertir el llanto en luz; fue aquel día que la Patria, que los había parido héroes, los recibió convertidos en luz para seguir iluminando el camino de la historia y de la gloria de este pueblo, cuando Fidel en aquel acto raigal de despedida de duelo a los internacionalistas en el Cacahual el séptimo día de diciembre de 1989, expresó:

“Al escoger esta fecha para dar sepultura a los restos de nuestros heroicos combatientes internacionalistas caídos en diversas partes del mundo, fundamentalmente en África, de donde vinieron los antepasados de Maceo y una parte sustancial de nuestra sangre, el siete de diciembre se convertirá en día de recordación para todos los cubanos que dieron su vida no solo en defensa de su patria, sino también de la humanidad. De este modo, el patriotismo y el internacionalismo, dos de los más hermosos valores que ha sido capaz de crear el hombre, se unirán para siempre en la historia de Cuba”.



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