viernes, diciembre 09, 2005
Interminable lucha por lo imposible
Comienza hoy en Nueva York la sesión extraordinaria de la Asamblea General de Naciones Unidas en la que se pasará revista a los acuerdos de la Cumbre del Milenio celebrada del 6 al 8 de septiembre del año 2000 a la que asistieron representantes de 186 estados miembros, 99 de ellos al nivel de Jefe de Estado y 48 al de Jefe de Gobierno.
LA CUMBRE DEL MILENIO
En la Máxima cita del inicio del Siglo se manifestaron, tal como sucede hoy, las marcadas diferencias entre la percepción de los gobernantes de los países ricos y el de los estados pobres, mayoritarios en esa cita y también en el mundo de hoy.
La pobreza y el desarrollo pudieran representar las dos partes de una realidad que, en el caso de la pobreza, afecta a la gran mayoría de la humanidad y en relación con el desarrollo no ha pasado de ser una quimera, una aspiración sin alcanzar, un objetivo frustrado para los países pobres.
En su gran mayoría, los discursos de los mandatarios coincidieron en que el mundo necesitaba cambios, de lo contrario nadie aseguraría la existencia del mundo del mañana. En este contexto, el mandatario cubano Fidel Castro Ruz, demandó la justicia y proclamó sin medias tintas el derecho a los pequeños y a los pobres a tener un lugar en el mundo, a la vez resumió una especie de programa de lucha en el que tenemos que estar más unidos los países del Tercer Mundo para impedir que los poderosos nos traguen.
Se adoptaron innumerables acuerdos que constituyen las METAS DEL MILENIO, puestas en peligro constantemente por la falta de voluntad política de los gobiernos para reducir la pobreza a la mitad en el 2015, meta muy difícil de cumplir por la posición que asumen los países ricos. Ese documento se planteaba además trabajar para lograr la enseñanza primaria universal, mejorar la salud materna, reducir en dos terceras partes la tasa de mortalidad de los menores de cinco años, entre otras humanas misiones.
A LAS PUERTAS DE LA NUEVA CITA
¿Qué sucede ahora? Es bien sencillo. Lo que ayer fue, hoy no lo es. Esta Asamblea General se muestra como un poco más de lo mismo. Los que muchos podían hacer, nada han logrado: el mundo sigue desintegrándose con las guerras y las grandes potencias, que controlan las mayores riquezas extraídas en su gran mayoría de los países pobres, tampoco muestran interés en compartirlas o de acercar a los países del Norte a los del Sur.
La brecha se torna infinita.
Esta cita puede estar condenada antes de comenzar al fracaso si los países más desarrollados con Estados Unidos al frente, continúan insistiendo en no tener en cuenta los acuerdos adoptados en el 2000 y que ya hemos hecho referencia.
Una muestra de ello es que el país más rico del planeta, cuando se discutía el borrador del documento último a presentar en esta ocasión a la Asamblea, suprimir todas las referencias a los Objetivos de Desarrollo del Milenio aprobados por la comunidad internacional y en la práctica el documento preparado solo por nueve países, nada habla del desarrollo, ni del financiamiento al desarrollo, ni de la eliminación real de la pobreza entre otros temas, por lo que se mantiene la incógnita de cuál será la verdadera agenda que ocupará a los mandatarios y representantes de los países miembros.
La irreverente y oportunista posición de los Estados Unidos, al centrar su atención en la alteración del borrador, alejaría los esfuerzos que hace la comunidad internacional para mejorar la situación socio-económica de los que habitamos en las naciones pobres.
Como refería el comandante Fidel Castro en la Cumbre del Milenio del 2000, “se reúnen aquí con nosotros para ofrecernos más de las mismas recetas que han servido solo para hacernos cada vez más pobres, más explotados y más dependientes”.
LUCHAR POR LO IMPOSIBLE
Es de suma importancia que los pueblos tomen conciencia de lo que hemos sido hasta hoy y de lo que no podemos seguir siendo, porque nada de lo que existe en el orden económico y político internacional sirve a los intereses de la humanidad.
Cuba, sin embargo, a pesar de ser el único país bloqueado en el mundo por más de 45 años, ha logrado significativos avances en todos los campos de la economía, del bienestar humano, de la Salud, la Educación, la Cultura, el Deporte, la seguridad social, la seguridad ciudadana y la garantía de una vida sana a toda la población.
En correspondencia con lo anterior, miles de médicos, maestros, artistas, deportistas, constructores, telecomunicadotes, entre otros muchos, en gesto desinteresado, solidario y cargado de humanismo, cumplen misión internacionalista en más de 155 países del mundo en un enfrentamiento a la pobreza, al analfabetismo, al subdesarrollo y a la falta de futuro en una lucha campal contra lo que parece imposible. Ejemplos de ello son la formación gratuita de médicos en la Escuela Latinoamericana de Medicina, donde se acaban de graduar los primeros 1610 estudiantes, y la Operación Milagro, destinada a devolverle la visión a millones de personas en los próximos años.
La lucha por alcanzar lo imposible debe ser la razón de ser de la ONU para poder lograr los sueños verdaderamente justos y racionales que rijan los destinos de la humanidad y que a muchos les parece inalcanzables.
En la sesión que se inicia hoy el derrotero debe trazar nuevos caminos, esperemos que así sea por el bien de todos.
Sergio Rivero Carrasco
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