lunes, julio 25, 2016

Coincidencias de un 26 en la historia cubana

 
Esquina de calle 26 (San Clemente) donde fue balaceado Bruno Hernández 

Por Sergio Rivero Carrasco


El 26 de julio es una fecha de gran significación para los cubanos y especialmente para los pineros: Por esas coincidencias de la historia, un 26 de Julio pero de 1896, hace ya 120 años, Nueva Gerona fue el escenario escogido por pineros independentistas y deportados para protagonizar un alzamiento que demostrara la vitalidad de la llama de la lucha independentista en esta Isla.


Fue escogido el 26 de julio, pues al igual que en otros lugares del país, los pineros celebraban el día de la Santa Ana, y las festividades alcanzaban hasta altas horas de la noche, lo que garantizaba el movimiento de hombres, incluso a caballos y en grupos, sin causar sospechas. El plan elaborado tenía como propósito secuestrar al Gobernador Militar José Bérriz y obligarlo a deponer las armas y capitular, ocupar el Cuartel de Caballería, tomar las armas y distribuirlas entre los complotados, así como capturar la cañonera que se encontraba en el muelle y con ella dirigirse a Pinar del Río


El secuestro se realizaría en la propia casa de la patriota Evangelina Cossio al cumplirse una supuesta cita con Berriz, pero  este, al ver las armas y los hombres de Emilio Vargas, quienes le ordenaban que firmara el documento de rendición de la plaza; de inmediato se abrazó a la joven cubana, dando gritos de forma tal, que los soldados que se encontraban fuera de la vivienda lo oyeron y derribaron la puerta de la misma, iniciándose un intenso tiroteo que obligó a los patriotas a retirarse a caballo. 


En el momento que Emilio Vargas intentaba escapar fue herido, después capturado y más tarde fusilado en el cementerio de Nueva Gerona.  El Patriota Bruno Hernández Blanco, al frente de la caballería mambisa, procedente de Santa Fe, logró entrar en Nueva Gerona por el puente del río Las Casas, para dirigirse por la calle del Río hasta la calle San Clemente (hoy 26), donde se encontraba reunido otro grupo de patriotas, para incorporarse a la tropa. 


A la llegada de la avanzada mambisa se produce una descarga cerrada de fusilería, el joven jefe Bruno Hernández Blanco, fue el primero y único en caer mortalmente herido en el combate, por lo que se convirtió en el primer hombre de esta tierra que entregaba su vida por la independencia de Cuba.


Los acontecimientos del 26 de julio pinero llegaron a tener alcance nacional e internacional en la figura de Evangelina Cossio, demostraron la valía de esos intrépidos jóvenes y que las tradiciones patrióticas de la nación tuvieron una respuesta en los sentimientos independentistas del pueblo pinero, dada la incorporación de un gran número de jóvenes naturales de esta tierra, al levantamiento insurreccional.


Ya se ha convertido en una regularidad que los jóvenes protagonicen los hechos más significativos de la Historia y con su irreverencia ante lo caduco, vayan imprimiendo su propio sello unidos a la experiencia de las generaciones precedentes, para transformar la sociedad.


No fue diferente el también 26 de Julio de 1953, cuando un grupo de aguerridos muchachos, liderados por Fidel Castro, también protagonizaron un hecho sin precedentes en la Historia de Cuba, al Asaltar el Cuartel Moncada de Santiago de Cuba y el Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo, aprovechando la fiesta de la noche de la Santa Ana. Ellos se propusieron no dejar morir al Apóstol en el año del centenario de su natalicio y propiciar la toma del poder político para expulsar al tirano Fulgencio Batista. 


Estos noveles combatientes procedían de las capas más humildes de la sociedad cubana de entonces: Trabajadores, estudiantes, obreros, en su mayoría víctimas y cansados de los continuos abusos de los gobiernos que Cuba había tenido desde 1902.


Ante la realidad del inmovilismo político reinante en los años 50 del pasado siglo en nuestro país, Fidel comenzó a reunir a jóvenes que estaban dispuestos a reivindicar las ideas de José Martí. Se afirma que ya para principios de 1953 el movimiento contaba con el reclutamiento de alrededor de 1 200 jóvenes. Todos entrenados bajo las propias narices del dictador Fulgencio Batista.  

La importancia de este gran acontecimiento no solo radica en el hecho de que marcó el inicio de una nueva etapa de lucha armada contra los gobiernos corruptos y manipulados desde la Casa Blanca, sino que demostró la existencia de una generación dispuesta a todo por alcanzar los ideales de Martí, Mella, Villena y los generales de la guerra del 68 y del 95.


El alegato de auto-defensa del líder Fidel Castro, conocido como “La Historia me absolverá”, se convirtió de hecho por su denuncia y proyección programática, en el camino que debía cumplir la Revolución en el poder.


Tanto uno como otro marcaron el camino de la independencia de Cuba y ambos, realizados con 57 años de diferencia tuvieron la coincidencia en fecha y en celebraciones para marcar que la llama independentista promovida por los jóvenes cubanos estaba encendida.

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