Esquina de calle 26 (San Clemente) donde fue balaceado Bruno Hernández
Por Sergio Rivero Carrasco
El
26 de julio es una fecha de gran significación para los cubanos y especialmente
para los pineros: Por esas coincidencias de la historia, un 26 de Julio pero de
1896, hace ya 120 años, Nueva Gerona fue el escenario escogido por pineros
independentistas y deportados para protagonizar un alzamiento que demostrara la
vitalidad de la llama de la lucha independentista en esta Isla.
Fue escogido
el 26 de julio,
pues al igual que en otros lugares del país, los pineros celebraban el día de la Santa Ana, y las
festividades alcanzaban hasta altas horas de la noche, lo que garantizaba el
movimiento de hombres, incluso a caballos y en grupos, sin causar sospechas. El
plan elaborado tenía como propósito secuestrar al Gobernador Militar José Bérriz y obligarlo a
deponer las armas y capitular, ocupar el Cuartel de Caballería, tomar las armas
y distribuirlas entre los complotados, así como capturar la cañonera que se
encontraba en el muelle y con ella dirigirse a Pinar del Río.
El secuestro se realizaría en la propia casa de la
patriota Evangelina Cossio al cumplirse una supuesta cita con Berriz, pero este, al ver las armas y los hombres de Emilio
Vargas, quienes le ordenaban que firmara el documento de rendición de la plaza;
de inmediato se abrazó a la joven cubana, dando gritos de forma tal, que los
soldados que se encontraban fuera de la vivienda lo oyeron y derribaron la
puerta de la misma, iniciándose un intenso tiroteo que obligó a los patriotas a
retirarse a caballo.
En el momento que Emilio Vargas intentaba escapar fue
herido, después capturado y más tarde fusilado en el cementerio de Nueva Gerona. El Patriota Bruno Hernández Blanco, al frente de la
caballería mambisa, procedente de Santa Fe,
logró entrar en Nueva Gerona por el puente
del río Las Casas, para dirigirse por la calle del Río hasta la calle San
Clemente (hoy 26), donde se encontraba reunido otro grupo de patriotas, para
incorporarse a la tropa.
A la llegada de la avanzada mambisa se produce una
descarga cerrada de fusilería, el joven jefe Bruno Hernández Blanco, fue el primero y
único en caer mortalmente herido en el combate, por lo que se convirtió en el
primer hombre de esta tierra que entregaba su vida por la independencia de
Cuba.
Los acontecimientos del 26 de julio
pinero llegaron a tener alcance nacional e internacional en la figura de
Evangelina Cossio, demostraron la valía de esos intrépidos jóvenes y que las
tradiciones patrióticas de la nación tuvieron una respuesta en los sentimientos
independentistas del pueblo pinero, dada la incorporación de un gran número de
jóvenes naturales de esta tierra, al levantamiento insurreccional.
Ya se ha convertido en una regularidad que los jóvenes
protagonicen los hechos más significativos de la Historia y con su irreverencia
ante lo caduco, vayan imprimiendo su propio sello unidos a la experiencia de
las generaciones precedentes, para transformar la sociedad.
No fue diferente el también 26 de Julio de 1953,
cuando un grupo de aguerridos muchachos, liderados por Fidel Castro, también
protagonizaron un hecho sin precedentes en la Historia de Cuba, al Asaltar el
Cuartel Moncada de Santiago de Cuba y el Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo,
aprovechando la fiesta de la noche de la Santa Ana. Ellos se propusieron no
dejar morir al Apóstol en el año del centenario de su natalicio y propiciar la
toma del poder político para expulsar al tirano Fulgencio Batista.
Estos noveles combatientes procedían de las capas más humildes de la sociedad cubana de entonces:
Trabajadores, estudiantes, obreros, en su mayoría víctimas y cansados de los
continuos abusos de los gobiernos que Cuba había tenido desde 1902.
Ante la realidad del inmovilismo
político reinante en los años 50 del pasado siglo en nuestro país, Fidel comenzó
a reunir a jóvenes que estaban dispuestos a reivindicar las ideas de José
Martí. Se afirma que ya para principios de 1953 el movimiento contaba con el
reclutamiento de alrededor de 1 200 jóvenes. Todos entrenados bajo las propias
narices del dictador Fulgencio Batista.
La importancia de este gran
acontecimiento no solo radica en el hecho de que marcó el inicio de una nueva
etapa de lucha armada contra los gobiernos corruptos y manipulados desde la
Casa Blanca, sino que demostró la existencia de una generación dispuesta a todo
por alcanzar los ideales de Martí, Mella, Villena y los generales de la guerra
del 68 y del 95.
El alegato de auto-defensa del líder
Fidel Castro, conocido como “La Historia me absolverá”, se convirtió de hecho
por su denuncia y proyección programática, en el camino que debía cumplir la
Revolución en el poder.
Tanto uno como otro marcaron el
camino de la independencia de Cuba y ambos, realizados con 57 años de
diferencia tuvieron la coincidencia en fecha y en celebraciones para marcar que
la llama independentista promovida por los jóvenes cubanos estaba encendida.
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