La vida ha crecido en los fragores de la lucha y junto a ella, la ilustración y las ideas, compartiendo su accionar llamados por el toque de a degüello con las heroicas cargas al machete lideradas por los insignes cubanos que prefirieron entregar su vida antes de ver a su Patria mancillada por la bota colonial.
Como por azar las acciones se entrelazan, las voluntades crecen y la inteligencia se multiplica para emprender la batalla. Así sucedió en Cuba si hecha una mirada a las conspiraciones de José María Heredia y su polémica con Domingo del Monte su fruto por 1830, el Himno del Desterrado. Recordemos también a Félix Varela con su verbo encendido, desde su púlpito fue el primero que nos enseñó en pensar a la vez que José Antonio Saco sobresalía con sus ideas demasiado liberales para la época.
Ellos no solo estaban tejiendo el maderamen de la futura representación intelectual del país; también estaban forjando forjaban los orígenes de la nacionalidad cubana.
Personalidades de aquella y todas las épocas fueron protagonistas de su tiempo y legaron una cultura patriótica, nacionalista, anticolonialista y antiimperialista teniendo como muestra fehaciente al patriotismo presente en la poesía de Gertrudis Gómez de Avellaneda, en las ideas filosóficas y educativas gestadas por la maestría pedagógica de José de la Luz y Caballero, o en la poesía de Gabriel de la Concepción Valdés, Placido.
Desde la Cultura como compositor de infinito amor, Carlos Manuel de Céspedes, da la libertad a sus esclavos el 10 de octubre de 1868 en el ingenio La Demajagua y se convierte de hecho en protagonista del inicio de nuestras guerras emancipadoras.
¡Al combate corred Bayameses!, fue un llamado a luchar por la luz y el futuro, fueron los versos a lomo de caballo convertidos en contagioso himno que tararearon los bayameses el 20 de octubre de 1868. Era La Bayamesa de Perucho Figueredo que también sirvió de llamado decisivo para que hombres y mujeres del pueblo se unieran en su cruzada por la libertad.
Nuestro Martí, el cubano más ilustre y filósofo y organizador de la guerra necesaria de 1895, tuvo tal alcance que a la vez que llevaba a su prédica las ideas más avanzadas de la época para organizar la Revolución que nos conduciría a La República independiente en la que proclamó con el Partido Revolucionario Cubano que él era el pueblo cubano, es el mismo poeta hacedor de los Versos sencillos y quien sentenció que “ser cultos es el único modo de ser libres”, frase que ha guiado el pensamiento progresista de la nación cubana hasta este siglo XXI.
Su prédica llegó hasta una generación que no lo dejó morir en el año de su centenario, abrazó sus ideas y lo convirtió en el autor intelectual del asalto al cuartel Moncada verso al frente disparando con Raúl Gómez García “Ya estamos en combate”; y siguieron combatiendo hasta que la aurora del Primero de Enero de 1959 puso fin a la oprobiosa bota yanqui sobre Cuba.
Apenas tuvo tiempo de iniciase el proceso y la joven Revolución transformó la imagen de los cuarteles que otrora torturaron a jóvenes revolucionarios para hacerlos fragua de espíritus, de cultura y del saber, convirtiéndolos en escuelas.
Apenas dos años y los campos y montañas tuvieron que enfrentar a bandidos y terroristas financiados por Estados Unidos, mientras a los bohíos llegaron jóvenes, muy jóvenes a compartir la vida y entregar el pan de la enseñanza y al cabo de un año nos declaramos Territorio Libre de Analfabetismo. A partir de ahí todos los cubanos fuimos más libres porque también comenzamos a ser más cultos.
Cuba se pobló de instituciones culturales, las escuelas de arte se multiplicaron por todo el país, los talentos tuvieron un camino para realizarse y aportar con su obra nuevas estrellas al firmamento luminoso de la cultura nacional.
Hoy también se multiplican, el ballet dejó de ser privativo para convertirse en escuela de muchos, el canto, los instructores de arte, las Casas de Cultura, las salas de televisión y de Video Club… Los miles de artistas protagonistas y emisarios de la gesta liberadora y fundacional del pensamiento nacional llevan la obra de la Revolución convertida en la mayor obra de arte ha sido una práctica cotidiana de la cual se enorgullece la Patria.
Ya Fidel nos enseñó que Cultura es independencia, es Patria, es humanismo y bienestar, es sentido de la vida y es la que abrazada con la erudición ha podido fortalecer los más hermosos valores en los cubanos para enfrentar la resistencia y la firmeza ante todos los tropiezos y agresiones que ha tenido que enfrentar la nación.
Siempre el pueblo cubano ha apostado por la cultura como la única forma de alcanzar la verdadera emancipación y la dignidad de la que estamos orgullosos.
Hoy la Patria nos contempla orgullosa, porque aprendimos de esa primera lección que nos dio Céspedes y Perucho en el ardiente Bayamo del 20 de octubre, y generación tas generación han hecho suyas los mismos ideales de libertad, justicia e independencia, que ha preferido morir antes de ser esclavo de nadie, por lo que hemos luchado por más de 100 años.