Enérgica protesta contra cínicas provocaciones contrarrevolucionarias durante el Clásico Mundial de Béisbol, en San Juan, Puerto Rico
Por Francisco Mastrascusa
El movimiento deportivo cubano convocó otra vez a la Dignidad. Lo hizo en el Monte de las Banderas con la certeza de que pase por donde pase la garra del enemigo, siempre habrá una rama de olivo serena, pero cortante.
Desde allí, y en nombre de toda Cuba, glorias del deporte levantaron sus voces enérgicas contra el imperio y sus ratones lamebotas de turno que se revuelcan en el mismo estiércol que emplean como materia prima para embadurnar miserables cartelitos.
San Juan, Puerto Rico; La Habana, Cuba. Aquí y allá, los pueblos saben muy bien que las provocaciones irritan y manchan a la valerosa nación boricua, esa misma en la que hace 40 años sus mejores hijos entregaron su cariño eterno a la Delegación de la Dignidad que viajó en el Cerro Pelado.
Seguimos siendo de un “pájaro las dos alas”. Motivo más que suficiente para que seis oradores protestaran, como lo hubiesen hecho millones de compatriotas a lo largo del verde caimán, en un acto de justa denuncia contra las provocaciones contrarrevolucionarias en el Clásico Mundial de Béisbol.
Cínica. Desvergonzada. Descarada. No puede tener otro calificativo la actuación de las autoridades federales del imperio en una isla hermana, cuya tierra está abonada con sangre de muchos patriotas.
Pero el deporte y la solidaridad se agigantan.
1 comentario:
profeeeeeee, me gusto y estamos de nuevo en la red, que ricooooo, idania
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