- Dada la trascendencia que tuvo para la historia de la humanidad después de la época de la Guerra Fría el asesinato de los esposos Rosenberg, hoy al cumplirse 53 años de aquel fatídico acontecimiento, tomo este trabajo del colega Pedro Blanco Oliva del periódico Victoria para compartislo con ustedes.
Una noticia horrenda conmocionó a toda la Humanidad, murieron en la silla eléctrica los esposos Rosenberg, acusados de un crimen que nunca cometieron, tras una serie de juicios amañados y apelaciones denegadas.
Era el 19 de junio de 1953, comenzaba así la primera guerra fría.
De nada valieron las manifestaciones de apoyo en todo el mundo ni las peticiones de clemencia. Se les condenó a muerte presionándolos para que reconocieran el delito, pero ellos no se plegaron ni renunciaron a su dignidad como ciudadanos y padres de familia. Y murieron como habían vivido: con la frente en alto y la mirada puesta en el porvenir.
La histeria anticomunista desatada por los medios gubernamentales, dio impulso a la conjura. La vida de dos inocentes era un precio demasiado irrisorio para ser tenida en cuenta.
Hoy, a 53 años de aquel horrendo hecho, el imperio escondido tras el ropaje de la lucha contra el terrorismo, muestra el mismo desprecio hacia los seres humanos y comete verdaderas matanzas en el convulsionado Iraq, solo para satisfacer su voraz apetito hegemónico.
No importan las mentiras y la oposición unánime de todos los pueblos del mundo, engañan una y otra vez y exhiben un doble rasero al albergar al Bin Laden latinoamericano, que es Posada Carriles.
Las naciones ya conocen de las consabidas excusas cuando sus aviones descargan metralla sobre ciudades y barrios y matan a gente inocente, o cuando torturan y establecen cárceles clandestinas en cualquier oscuro rincón del orbe con la anuencia de países de la culta Europa.
El ejemplo de los esposos Rosenberg cobra hoy plena vigencia en nuestros Cinco Héroes secuestrados por el imperio quienes no retrocederán una pulgada en sus principios de libertad, justicia y entereza.Algún día, más temprano que tarde, las falacias del imperialismo serán derrotadas y la solidaridad se abrirá paso, solo así las generaciones futuras con su lucha constante sabrán que un mundo mejor es posible.
Una noticia horrenda conmocionó a toda la Humanidad, murieron en la silla eléctrica los esposos Rosenberg, acusados de un crimen que nunca cometieron, tras una serie de juicios amañados y apelaciones denegadas.
Era el 19 de junio de 1953, comenzaba así la primera guerra fría.
De nada valieron las manifestaciones de apoyo en todo el mundo ni las peticiones de clemencia. Se les condenó a muerte presionándolos para que reconocieran el delito, pero ellos no se plegaron ni renunciaron a su dignidad como ciudadanos y padres de familia. Y murieron como habían vivido: con la frente en alto y la mirada puesta en el porvenir.
La histeria anticomunista desatada por los medios gubernamentales, dio impulso a la conjura. La vida de dos inocentes era un precio demasiado irrisorio para ser tenida en cuenta.
Hoy, a 53 años de aquel horrendo hecho, el imperio escondido tras el ropaje de la lucha contra el terrorismo, muestra el mismo desprecio hacia los seres humanos y comete verdaderas matanzas en el convulsionado Iraq, solo para satisfacer su voraz apetito hegemónico.
No importan las mentiras y la oposición unánime de todos los pueblos del mundo, engañan una y otra vez y exhiben un doble rasero al albergar al Bin Laden latinoamericano, que es Posada Carriles.
Las naciones ya conocen de las consabidas excusas cuando sus aviones descargan metralla sobre ciudades y barrios y matan a gente inocente, o cuando torturan y establecen cárceles clandestinas en cualquier oscuro rincón del orbe con la anuencia de países de la culta Europa.
El ejemplo de los esposos Rosenberg cobra hoy plena vigencia en nuestros Cinco Héroes secuestrados por el imperio quienes no retrocederán una pulgada en sus principios de libertad, justicia y entereza.Algún día, más temprano que tarde, las falacias del imperialismo serán derrotadas y la solidaridad se abrirá paso, solo así las generaciones futuras con su lucha constante sabrán que un mundo mejor es posible.Una noticia horrenda conmocionó a toda la Humanidad, murieron en la silla eléctrica los esposos Rosenberg, acusados de un crimen que nunca cometieron, tras una serie de juicios amañados y apelaciones denegadas.
Era el 19 de junio de 1953, comenzaba así la primera guerra fría.
De nada valieron las manifestaciones de apoyo en todo el mundo ni las peticiones de clemencia. Se les condenó a muerte presionándolos para que reconocieran el delito, pero ellos no se plegaron ni renunciaron a su dignidad como ciudadanos y padres de familia. Y murieron como habían vivido: con la frente en alto y la mirada puesta en el porvenir.
La histeria anticomunista desatada por los medios gubernamentales, dio impulso a la conjura. La vida de dos inocentes era un precio demasiado irrisorio para ser tenida en cuenta.
Hoy, a 53 años de aquel horrendo hecho, el imperio escondido tras el ropaje de la lucha contra el terrorismo, muestra el mismo desprecio hacia los seres humanos y comete verdaderas matanzas en el convulsionado Iraq, solo para satisfacer su voraz apetito hegemónico.
No importan las mentiras y la oposición unánime de todos los pueblos del mundo, engañan una y otra vez y exhiben un doble rasero al albergar al Bin Laden latinoamericano, que es Posada Carriles.
Las naciones ya conocen de las consabidas excusas cuando sus aviones descargan metralla sobre ciudades y barrios y matan a gente inocente, o cuando torturan y establecen cárceles clandestinas en cualquier oscuro rincón del orbe con la anuencia de países de la culta Europa.
El ejemplo de los esposos Rosenberg cobra hoy plena vigencia en nuestros Cinco Héroes secuestrados por el imperio quienes no retrocederán una pulgada en sus principios de libertad, justicia y entereza.Algún día, más temprano que tarde, las falacias del imperialismo serán derrotadas y la solidaridad se abrirá paso, solo así las generaciones futuras con su lucha constante sabrán que un mundo mejor es posible.
Una noticia horrenda conmocionó a toda la Humanidad, murieron en la silla eléctrica los esposos Rosenberg, acusados de un crimen que nunca cometieron, tras una serie de juicios amañados y apelaciones denegadas.
Era el 19 de junio de 1953, comenzaba así la primera guerra fría.
De nada valieron las manifestaciones de apoyo en todo el mundo ni las peticiones de clemencia. Se les condenó a muerte presionándolos para que reconocieran el delito, pero ellos no se plegaron ni renunciaron a su dignidad como ciudadanos y padres de familia. Y murieron como habían vivido: con la frente en alto y la mirada puesta en el porvenir.
La histeria anticomunista desatada por los medios gubernamentales, dio impulso a la conjura. La vida de dos inocentes era un precio demasiado irrisorio para ser tenida en cuenta.
Hoy, a 53 años de aquel horrendo hecho, el imperio escondido tras el ropaje de la lucha contra el terrorismo, muestra el mismo desprecio hacia los seres humanos y comete verdaderas matanzas en el convulsionado Iraq, solo para satisfacer su voraz apetito hegemónico.
No importan las mentiras y la oposición unánime de todos los pueblos del mundo, engañan una y otra vez y exhiben un doble rasero al albergar al Bin Laden latinoamericano, que es Posada Carriles.
Las naciones ya conocen de las consabidas excusas cuando sus aviones descargan metralla sobre ciudades y barrios y matan a gente inocente, o cuando torturan y establecen cárceles clandestinas en cualquier oscuro rincón del orbe con la anuencia de países de la culta Europa.
El ejemplo de los esposos Rosenberg cobra hoy plena vigencia en nuestros Cinco Héroes secuestrados por el imperio quienes no retrocederán una pulgada en sus principios de libertad, justicia y entereza.Algún día, más temprano que tarde, las falacias del imperialismo serán derrotadas y la solidaridad se abrirá paso, solo así las generaciones futuras con su lucha constante sabrán que un mundo mejor es posible.