La cara del Presidente expresa su estado de ánimo cuando la Corte Suprema de Estados Unidos falló el jueves que el presidente George W. Bush no tenía autoridad de ordenar juicios militares a los detenidos en Guantánamo, según difundió hoy un cable de la agencia AP fechado en Washington.
Precisa que el fallo es una amonestación al gobierno de Bush, que ha sido acusado de usar la guerra contra el terrorismo como pretexto para excederse de sus poderes constitucionales.
El juez del máximo tribunal John Paul Stevens escribió el fallo, en que sentencia que los juicios serían ilegales y violarían tanto las leyes estadounidenses como la Convención de Ginebra.
El caso se centraba en Salim Ahmed Hamdan, un yemení detenido en la base estadounidense en Cuba y quien trabajó como guardaespaldas y chofer de Osama bin Laden.
Hamdan, de 36 años, ha pasado cuatro años en Guantánamo. Es acusado de conspirar contra ciudadanos estadounidenses entre 1996 y noviembre del 2001.
Horas después, Bush sugirió que solicitará la aprobación del Congreso para juzgar a los sospechosos de terrorismo ante los tribunales militares.
"Ya que existe la posibilidad de trabajar con el Congreso para determinar si será posible o no utilizar los tribunales militares para que los acusados comparezcan ante la justicia, así lo haremos", indicó el mandatario. "El público estadounidense necesita saber que el fallo, según lo entiendo, no hará que queden sueltos por las calles los homicidas".
Bush apenas formuló más comentarios, e indicó que recibió solamente "una información abreviada" del fallo a primeras horas del jueves.
Una opinión separada del fallo, escrita por el juez Stephen Breyer, pareció invitar al mandatario a que acuda al Congreso para solicitar autoridad a fin de enmendar la medida, y la respuesta de Bush indicó que así lo hará.
Sin embargo, el presidente se negó a aclarar si el fallo le impulsará a acelerar el cierre del reclusorio naval, como insisten muchos dirigentes mundiales y grupos activistas.
"Estudiaremos seriamente el fallo", prometió Bush. "Y protegeremos al pueblo al mismo tiempo que respetaremos las conclusiones de la Corte Suprema", agregó.
Hace dos años, la Corte Suprema rechazó la afirmación de Bush de que tenía autoridad para capturar y detener a sospechosos de terrorismo y negarles de manera indefinida todo acceso a abogados o a un tribunal de justicia. En el seguimiento del caso, los jueces del máximo tribunal se concentraron en el tópico de los procesos de algunos de los detenidos.
La votación fue de cinco a favor y tres en contra. El juez Anthony M. Kennedy apoyó la decisión del sector liberal de la corte en el dictamen contra el gobierno de Bush. El presidente del tribunal, John Roberts, designado por Bush para encabezar la Corte Suprema, fue marginado del caso pues cuando era juez de un tribunal de apelaciones respaldó al gobierno en contra de Hamdan.
El dictamen del jueves invalida esa decisión en que participó Roberts.
El gobierno había sugerido en semanas recientes que se aprestaba a que la Corte Suprema invalidara sus planes de procesar a detenidos en Guantánamo.
Bush dijo a la prensa hace varios días que "me gustaría cerrar Guantánamo. También admito que algunas de las personas detenidas son muy peligrosas".
El dictamen de la Corte Suprema no dice si la prisión de Guantánamo debe ser clausurada. Sólo señala que "procesos por parte de una comisión militar plantean preocupaciones de gran envergadura sobre la separación de poderes", de acuerdo a la opinión formulada por Kennedy.
La prisión de Guantánamo alberga a centenares de personas que el gobierno de Estados Unidos considera sospechosas de terrorismo. Grupos de defensa de los derechos humanos, como Amnistía Internacional y Americas Watch, han denunciado maltratos a prisioneros. Este mes, tres prisioneros _ dos saudíes y un yemení _ se ahorcaron dentro de sus celdas.
Tras los suicidios, el almirante Harry Harris, el comandante del centro de detención estadounidense, calificó estos fallecimientos como un "acto de guerra" en contra del ejército estadounidense. Sus declaraciones causaron una protesta airada de los principales periódicos en Estados Unidos y en Europa.