Tenemos en nuestras entrañas el dulzor del cariño eterno, del agradecimiento sano de todos los cubanos, de la custodia permanente a cada uno de nosotros, la protección incesante a los que menos recursos poseen y la vigilia perenne que asegura la llegada temprana al nuevo puerto en este viaje hacia una nueva y no menos histórica etapa de la historia de la Revolución cubana.
Hoy ha sido un día para meditar, he tenido en cuenta su formación, la primera escuela intensa que le permitió, según sus propias palabras, hacerse REVOLUCIONARIO.
Y es que al hacerse revolucionario se hizo un hombre más íntegro, más radical, más humanista, convencido marxista-leninista y martiano. Pensamiento y valores que les permitieron convertirse, en el propio fragor de la batalla, en el estadista de talla universal que es hoy y será siempre.
Muchas generaciones han sido herederas de ese hermoso legado que da seguridad al futuro del país, construido sobre la base de un camino escabroso, lleno de tropiezos y adversidades por el asedio constante que mantiene sobre nosotros nuestro enemigo histórico.
Hoy, al tener presente su decisión de pasar cumplir sencilla y llanamente con su deber revolucionario de transmitir ideas, de alertar acerca de las amenazas, las estrategias y el devenir del desarrollo histórico de la Revolución y hacer dejación de su postulación y cargos de Comandante en Jefe y Presidente del Consejo de Estado, siento el deber de continuar en esta batalla hasta el último aliento como la inmensa mayoría de los cubanos.
Si de algo están convencidos los egoreros del Norte y la mafia que los corteja, es que en Cuba no habrá más cambios. El cambio lo hubo el Primero de Enero de 1959 cuando se desterró el Capitalismo y todas sus formas de explotación y se pusieron los recursos en manos del pueblo. Ese fue el cambio que nos ha hecho llegar hasta aquí y el que nos conducirá a perfeccionar nuestra sociedad.Están seguros de que a los cubanos NADA ni NADIE PODRÁ DETENERNOS, porque lo que con tanto sacrificio hemos construido no nos lo dejaremos arrebatar ni con mil proyectos Bush. ¡Ya lo conocemos bien Mr. Ranger!
Todavía me parece oirlo cuando en el Aula Magna de la Universidad de la Habana el 17 de noviembre de 2005, en ocasión de celebrar el aniversario 60 de su paso por ese recinto, un hombre de la altura de Fidel, expresarse con la modestia que lo caracteriza acerca de su formación como revolucionario, le decía a los jóvenes: “es muy justa nuestra lucha.
Por eso tenemos que emplear todas nuestras energías y tiempo para poder decir: ¡Vale la pena haber nacido! ¡Vale la pena haber vivido!”. Además, agregó que nadie siguió la Revolución por culto a nadie o por simpatías personales con nadie. “Eso solo es posible a través de principios, a través de ideas. Son las ideas las que nos unen, nos hacen un pueblo combatiente.
Son las ideas las que nos hacen poderosos. Y cuando las ideas de todos se unen nos hacen un pueblo que no puede ser vencido”, afirmó.Por esa razón dijo que hoy el imperio, el más poderoso que ha conocido la humanidad, está más distante que nunca de lograr poner de rodillas a la nación cubana.Sentimiento optimista transmitió al pueblo, tanto en las acciones por lograr una sociedad más justa y equitativa como éticamente superior.
En estos días previo a la celebración de la Sesión Constitutiva de la VII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, los grandes medios de la desinformación se han dedicado a a la deshonestidad y la mentira, referidas al futuro de la Revolución y a Fidel, una personalidad que constituye un paradigma para los pueblos del orbe por su intransigencia, humanismo y probada solidaridad con los que sí tienen mucho que ganar en esta lucha. ¿Les duele que el pensamiento y obra de este ejemplar cubano aporte cada día, con más gallardía, a la lucha antiimperialista en nuestro continente?
La Revolución cubana, iniciada en la manigua en 1868 y crecida por más de cien años por las diferentes generaciones que hicieron suya la lucha por la independencia, la soberanía y la dignidad nacional, no la ha hecho un hombre solo, sino un pueblo. Por eso cualquier decisión que adopten los diputados en cuanto a la dirección del país, en nada cambiará el curso de la Revolución.
¡No se equivoquen! La Revolución cubana es el pueblo cubano que ha tenido el privilegio de contar con grandes pensadores de todos los tiempos, previsores de la maldad imperialista y de la única vía para ser libres y prósperos: José Martí y Fidel Castro.
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