viernes, mayo 30, 2008

INCONDICIONALES A LA VERDAD


Un trabajo firmado por Andrea Rodríguez de la Associated Spress y que lleva como cuatro días en The Miami Herald primero en portada y después en la sección Cuba, cita al diario Juventud Rebelde en una nota acerca del proceso de análisis y debates que en cada sitio del país libran los periodistas cubanos avocados a su VIII Congreso señalando que los periodistas cubanos piden medios más realistas, desconociendo la significación que ha tenido este proceso de debate en el gremio en favor de la calidad y el ejercicio de la verdad.
Lo otro que me llama poderosamente la atención es que el tratamiento dado a los periodistas (Periodistas cubanos de los medios estatales) deja la cobertura de que en Cuba hay periodistas que no se desempeñan en los medios estatales.
Debemos aclararle que se cumplirán 45 años el próximo 15 de julio, de que todas las organizaciones sociales de periodistas existentes en el país se unieron en una sola , que manifiesta públicamente, en la primera cláusula de sus estatutos, que la Unión de Periodistas de Cuba tiene como principal objetivo lograr la unidad de los periodistas para defender la Revolución.
Desde 1961 la prensa, la radio y la televisión cubanas son patrimonio del pueblo, todos los medios de comunicación son estatales y reconocen en sus estatutos a la fuerza dirigente del Partido como rector de la sociedad.
Además este gremio es un ferviente defensor de la Revolución, quiere a sus principales líderes y crece bajo las demostraciones de un ejercicio periodístico de alto vuelo con las más de 100 reflexiones publicadas por Fidel.
La historia de Cuba se ha encargado de recoger en sus páginas lo que ha significado el ejercicio del periodismo independiente, que si bien en la Colonia y la Neocolonia desempeñó un papel decisivo, también debemos tener presente que los enemigos de la Revolución han mancillado el honor y el prestigio de esta profesión al atribuirle la condición de periodistas a farsantes cotrarrevolucionarios, oportunistas asalariados y entregados a una potencia extranjera para subvertir el orden en su país, labor que alimentan con la entrega de migajas de dinero por traicionar a su Patria.
¿Son esos periodistas? ¿Dónde se formaron? ¿Cualquiera que escribe la sarta de mentiras que ellos hacen son periodistas? Hay tanta pobreza de espíritu y de dignidad que no vale la pena tenerlos en cuenta.
Nosotros, los "oficialistas" como ustedes dicen, trabajamos por convicción, por los sentimientos revolucionarios que nos mueven, por el amor a la profesión, por los valores que hemos consolidado, por el ejercicio de la justicia, por el apego a la verdad, por defender las causas justas y no por una migaja de dólares como recientemente quedó desemnmascarado por los medios cubanos.
Cabe preguntarles:
¿Tienen los periodistas norteamericanos algún espacio, alguna vez en su existencia para debatir los problemas que los afectan, exigir responsabilidades al gobierno por la matanza de periodistas de diferentes latitudes donde tienen haciendo latir rápido el corazón a millones de personas por la práctica del terror como método de relación?
¿Alguna vez han podido sentarse a conversar con el Presidente de su país, con los ministros, u otras personalidades del Estado y el Gobierno para intercambiar sobre temas profesionales y las formas más avanzadas aplicadas a la redacción y el lenguaje periodístico, o plantearle alguna deficiencia o problemática con la sencillez que caracteriza a los integrantes de este gremio y a nuestros dirigentes?
Estoy seguro que NO.
Me parece que el tema, el lenguaje y el tino utilizados, en esa ocasión no surtieron efecto. Acompañan por demás, la información con una foto a un supuesto Revolucionario que en la calle que le pertenece está lanzando loas y consignas revolucionarias que en realidad siente y NO REPITE frases hechas, codificadas y atemperadas para tratar de enlatar la mentira y enfrentarla a la abrumadora verdad.
Hoy, yo participé en un hermoso ejercicio de democracia, de intercambio profesional sin precedente, de ratificación de la confianza depositada por la Dirección de la Revolución en el ejército que ocupa la primera línea de combate contra un enenmigo desmoralizado por la mentira y el deshonor.
Sí, trabajamos, como es lógico, por perfeccionar nuestra obra, y porque cada vez más acompañe a la Revolución en todas sus batallas.

Somos por naturaleza incondicionales a la verdad. Lo demás, está fuera de contexto.

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