A continuación compartiré con ustedes las palabras leídas por el periodista Pastor Batista de Las Tunas, como preámbulo a la presentación de la caricatura acompañada por un mensaje demostrativa de la valía indestructible de estos hombres.
Colegas de trinchera única e intransferible:
Confieso que tal vez por razones de modestia o rehuyéndole a un protagonismo que no busco ni me corresponde, hubiera preferido obviar la referencia a cómo y por qué este mensaje llega hoy hasta nosotros…
Pero siento que su autor —paradigma de la modestia, de la grandeza y de la dignidad en la principal trinchera— me está poniendo una mano en el hombro, el micrófono delante y —como mismo él afirma en una parte del texto: “No puedo pasarme con fichas”.
Escalando triunfal su propia cumbre (inmensa frente a la BAJA decisión judicial en torno al proceso de apelaciones) Gerardo Hernández Nordelo accedió, con sano orgullo, a complacer una solicitud que le dirigí recientemente, para que, en la medida de su tiempo y de sus posibilidades, nos enviara un mensaje o un caricatura, o ambas cosas, o ninguna de las dos… porque en definitiva no es lo material condición determinante de presencia, y, de cualquier modo, Él, Ramón, Antonio, Fernando y René estarían aquí, entre nosotros.
Para satisfacción de todos, en la galería aledaña a esta Sala se encuentra la última y no menos genial caricatura hecha por nuestro Gerardo, mientras me dispongo a leer ese mensaje o carta, cuyo arribo a nosotros no hubiera sido posible sin la sensibilidad humana y sin la participación (a prueba de riesgos) de Alicia Jrapko, integrante del Comité Internacional para la Liberación de nuestros Cinco hermanos prisioneros políticos del imperio.
Los invito, por tanto, a trasladarnos imaginariamente hasta la celda donde, inclinado sobre una cuartilla de papel Gerardo nos susurra, por intermedio de su diestra mano, lo siguiente:
Confieso que tal vez por razones de modestia o rehuyéndole a un protagonismo que no busco ni me corresponde, hubiera preferido obviar la referencia a cómo y por qué este mensaje llega hoy hasta nosotros…
Pero siento que su autor —paradigma de la modestia, de la grandeza y de la dignidad en la principal trinchera— me está poniendo una mano en el hombro, el micrófono delante y —como mismo él afirma en una parte del texto: “No puedo pasarme con fichas”.
Escalando triunfal su propia cumbre (inmensa frente a la BAJA decisión judicial en torno al proceso de apelaciones) Gerardo Hernández Nordelo accedió, con sano orgullo, a complacer una solicitud que le dirigí recientemente, para que, en la medida de su tiempo y de sus posibilidades, nos enviara un mensaje o un caricatura, o ambas cosas, o ninguna de las dos… porque en definitiva no es lo material condición determinante de presencia, y, de cualquier modo, Él, Ramón, Antonio, Fernando y René estarían aquí, entre nosotros.
Para satisfacción de todos, en la galería aledaña a esta Sala se encuentra la última y no menos genial caricatura hecha por nuestro Gerardo, mientras me dispongo a leer ese mensaje o carta, cuyo arribo a nosotros no hubiera sido posible sin la sensibilidad humana y sin la participación (a prueba de riesgos) de Alicia Jrapko, integrante del Comité Internacional para la Liberación de nuestros Cinco hermanos prisioneros políticos del imperio.
Los invito, por tanto, a trasladarnos imaginariamente hasta la celda donde, inclinado sobre una cuartilla de papel Gerardo nos susurra, por intermedio de su diestra mano, lo siguiente:
Instante en que el colega Pastor Batista
le entregó la tarjeta con la caricatura y
el mensaje de Gerardo a las madres
y esposas de los CINCO
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