la Galería de Arte Martha Machado para inaugurar una muestra de los artistas de la plástica
Dice un viejo refrán que después del ciclón viene la calma, pero por suerte no se ha cumplido así en la Isla de la Juventud.
Este territorio insular recibió la batida de dos fuertes huracanes en nueve días: El Gustav y el IKE, suficientes para dejar al territorio casi desvastado, con un paisaje del infierno con árboles mutilados, negros, sin hojas, con casi todo el fondo habitacional con algún tipo de daño y la infraestructura económica casi en cero.
Los vientos que provocaron la entrada del mar hasta los hogares hicieron que sus moradores en actos desesperados vieran cómo al retirarse las aguas se lo llevaban todo y ellos nada podían hacer...
Poco a poco han cedido paso a otros vientos, humanamente superiores y fuertes.
Son los vientos de las sonrisas, de la seguridad y la realización espiritual, es el hálito fresco de la vida que nos atrapa a cada momento y nos hace vulnerables y sensibles a cada detalle que suceda a nuestro alrededor.
Este pueblo laborioso y consagrado agradece el incondicional e inmediato apoyo que ha dado el país para comenzar a reverdecer cada pedacito de esta Isla y hacernos más feliz a sus habitantes, porque están seguros de que estamos trabajando muy duro en todos los frentes para hacerla más bella y prospera.
Ese aire laborioso se respira por doquier y no excluye los momentos en que también las personas puedan sentirse realizadas. Llama la atención y estimula apreciar que los árboles ya brillan con el color de la esperanza, las calles resplandecen después de abrigar a miles de metros cúbicos de escombros y floresta derribada, los centros que producen alimentos y bienes materiales muestran nuevas cobijas y colores y más de 2 000 familias dejaron de ver las estrellas en las noches.
Hasta Yannalia, una pequeñita de cuatro años que padece una rara enfermedad congénita y hereditaria llamada ictiosis, que se manifiesta en la resequedad de la piel al punto de volverla escamosa y no le permite cerrar los ojos, entre otras manifestaciones, sintió por estos días como si una lluvia de estrellas cayera en pleno sol sobre su casa semidestruida por los vientos, cuando vio llegar a los jóvenes artistas del circo Fantasía para ofrecerle una función exclusiva en su propia casa. ¡Qué humanismo!
Vale la pena vivir estos días.
Hoy llegaron a la Isla de la Juventud más de 100 artistas muy queridos todos por el pueblo, presididos por Abel Prieto Ministro de Cultua y Julio Martínes, Primer Secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas y por la joya de la cultura cubana Chucho Valdés, la poetisa Nancy Morejón Premio Nacional de Literatura, el escritor Miguel Barnet, Amaury Pérez, Reynaldo González, también Premio Nacional de Literatura, la agrupación Moneda Dura, consagrados actores y actrices de la Radio, la Televisión y el Cine, que vinieron hasta este pedacito de tierra a compartir y celebrar junto a los pineros el Día de la Cultura Cubana, a rememorar el día en que los bayameses con Perucho Figueredo al frente montado a caballo entonaron las notas del Himno Nacional.
Es la mayor embajada cultural que arriba a la Isla en toda su historia, es como la sonrisa multiplicada en cada rostro aunque nuca olviden que un día fueron sacudidos por los vientos.
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