martes, agosto 27, 2019

Los pulmones verdes del planeta no pueden desaparecer

 

Por Sergio Rivero Carrasco

“Lo más urgente es detener la deforestación”.

Paulo Moutinho


Hay antecedentes que se deben tener en cuenta al valorar la significación del fenómeno actual con el incendio forestal extendido por más de una quincena. En el mes de junio se registró un incremento del 287 % de la Amazonía brasileña en comparación con igual mes del 2018. Se constata que se confirma una tendencia alarmante al totalizar una cifra de 6.833 Kms 2 con un incremento del 40% en el último año. La deforestación está vinculada, según especialistas, a quemas deliberadas para liberar tierras que puedan destinarse a la minería y la agricultura extensiva, lo cual constituye una de las más connotadas catástrofes ambientales que consume el llamado pulmón del planeta. 


La tragedia ambiental que se suscita por estos días no solo alcanza a Brasil, con la mayor parte, sus efectos también humean a Perú, Ecuador, Bolivia, y otros países no tiene fronteras y debe llamar la atención de todos los habitantes del planeta para unir esfuerzos que permitan salvar el pulmón del mundo, principalmente a los Gobiernos encargados para destinar los recursos y desarrollar acciones conjuntas que permitan evitar estos graves fenómenos, pero no todos se comportan de igual modo, la conducta seguida por el presidente de Brasil Jail Bolsonaro se ha llenado de críticas y cuestionamientos universales, incluyendo a muchos Jefes de Estado..



“…en la selva amazónica la deforestación había aumentado en un 278%. La humanidad en la situación que está ahora, en un planeta en progresivo calentamiento, no se puede permitir este tipo de comportamiento. La deforestación es la causa más importante de los incendios. Debemos tomar medidas urgentes de extinción de la deforestación ilegal", precisó en una publicación el científico brasileño Paulo Moutinho, exdirector del IPAM Instituto de Investigaciones de la Selva Amazónica de Brasil.
 Se plantea que en lo que va del 2019 los incendios forestales en la Amazonia brasileña se han incrementado en un 80 por ciento en comparación con los últimos cuatro años, aun cuando el período de sequía no ha sido el peor.
 Lo novedoso de este incremento es precisamente que esos incendios se relacionan con la nueva deforestación, es decir, con la que se produce después de cortar los árboles, se una el fuego para limpiar la hierba muerta, provocando una fuerte interacción entre los incendios y la deforestación.


Investigadores señalan que el área deforestada es similar al territorio de Francia, equivalente similar a un 20 por ciento de la selva amazónica que abarca a Brasil y otros países, por lo que se puede defender el 80 por ciento que todavía vive, ya que los efectos de la deforestación se verán incrementados por la acción del cambio climático.


También y para mal, “los bosques también arden en África, pero no por las mismas causas", detalla Tosi Mpanu Mpanu, embajador y negociador climático de la República Democrática del Congo (RDC) en las conferencias de la ONU sobre el clima, y sigue: "En la Amazonía, los bosques arden principalmente por la sequía y el cambio climático. Pero en África Central, se debe principalmente a las técnicas agrícolas"


La selva de la Cuenca del Congo es comúnmente comparada con el "segundo pulmón verde" del planeta después de la Amazonía. Abarca una superficie de unos dos millones de km² en varios países, la mitad de los cuales se encuentran en la República Democrática del Congo, y el resto en países vecinos (Gabón, Congo, Camerún y República Centroafricana).

Tengamos presente la afectación ecológica que se cierne sobre la humanidad si se produce la disfunción de la Amazonia y la cuenca centro africana porque produce la gran irrigación a todos los continentes, es una gran fuente de agua, por lo cual esa afectación traerá problemas en los procesos de lluvia, y sobre todo en Brasil, el Congo, y otros países en los que la producción agrícola depende en gran medida de ellas.


La humanidad no puede permitirse el lujo de que los pulmones verdes desaparezcan en los momentos más críticos del impacto del cambio climático con el proceso de calentamiento global,  las grandes sequías e intensas lluvias, terremotos, maremotos, tsunamis desbastadores y la deforestación desmedida por la tala de bosques. Hoy el enfrentamiento contra esos incendios son cuerpo a cuerpo, apoyados por los medios tecnológicos más avanzados que existen.


La verdad es que los pulmones de tierra arden, arden, arden y las medidas son aún insuficientes, las comunidades indígenas que por milenios las han habitado y mantenido, hoy están grandemente amenazadas y en peligro de extinción, por lo que  también merecen una acción universal más solidaria y aguda para ayudarlos. 


Fidel lo sentenció en el propio Brasil en ocasión de la Cumbre de la Tierra en 1992: “Los bosques desaparecen, los desiertos se extienden, miles de millones de toneladas de tierra fértil van a parar cada año al mar. Numerosas especies se extinguen. La presión poblacional y la pobreza conducen a esfuerzos desesperados para sobrevivir aún a costa de la naturaleza”.

¿Hasta cuándo?  Los pulmones del Planeta no pueden desaparecer y la última palabra para solucionarlo la dice el hombre. 



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