jueves, agosto 29, 2019

Tecnología para crecer


Por Sergio Rivero y Abel Pérez



El hombre es quien crea las tecnologías, no son las tecnologías las que crean al hombre. Es la tecnología creada por el hombre, bien o mal utilizada se convierte en los múltiples filos que tiene una navaja.


Cuando en ocasiones muchos adultos  oyen hablar a los muchachos en un “idioma digital”  muchas veces incomprensible para los que no se privilegian de ser nativos digitales y sí intrusos digitales con enormes retos por vencer, lo más importante que debe atender muy de cerca es el hecho de ser portadores del pensamiento y el adelanto científico-tecnológico como paradigma para el desarrollo, pero también ofrecer una mirada aguda ante el peligro de convertirse en tecnócratas obsesivos, ajenos al entorno y a la comunicación humana.


 La vida moderna poco a poco nos ha bautizado con “2G, 3G, 4G y ya corre la era de la 5G”, eso es tecnología, no un hombre. La innegable necesidad del dominio y uso de las TICS, está robotizando el pensamiento y “burrotizando” las actuaciones sociales; han desplazado la paciencia que es sinónimo de tranquilidad, capacidad de tolerar y enfrentar con determinadas adversidades que impone el propio hombre a la vida, por la inmediatez enfermiza e intransigente.
Cierto es que “el desespero, es un mal consejero”, tal como dice un viejo refrán, y no es que se actúe con lentitud, porque la parsimonia está vinculada a la forma y el carácter personalizado del ser humano ante la vida. Todos los procesos tienen su tiempo, son fenómenos en distintas fases de ejecución, o sea, tienen un comienzo y un final, una entrada, el tránsito y una salida;  pueden ser cíclicos o únicos;  cuando se alteran o precipitan traen serias consecuencias y un ejemplo de ello puede ser el embarazo en la mujer, concebido para nueve meses pero si sucede antes o después, puede traer consecuencias no deseadas. Así acontece con todo.


Alterar el ritmo o los procesos comunicativos interpersonales por los tecnológicos, puede motivar serias alteraciones de la conducta y calidad de vida relacionadas con la pérdida de algunos modales y buenas costumbres vinculadas a la urbanidad y la decencia. En ocasiones le deseas los buenos días a una persona concentrada en un celular o un Tablet, y la respuesta puede ser una mirada de asombro, un gesto que a veces traduzco como un  váyase a …, o sencillamente lo ignoran y ni se enteran que fueron saludados.


“Si su mal no tiene cura, para qué se apura; y si tuviera cura, por qué se apura”. Concibamos las cosas como deben ser. No se puede llegar al extremo de que algún día se tenga  que solicitar una clave o un pin para comunicarse entre los seres humanos, regidos por un principio conductual bio-psico-social.


No es que se niegue el adelanto científico-tecnológico y su aplicación en los procesos socioeconómicos. Por el contrario, lo que se advierte es que cada vez ocupen más los espacios que abran caminos al progreso, a la humanización de los métodos productivos, a la eficiencia y eficacia en la producción, los servicios, la educación, el deporte, la cultura, la industria, la producción de alimentos, el fomento conceptual del gobierno electrónico como necesidad apremiante para el funcionamiento de cualquier sociedad actualmente.  


Lo que se advierte es velar porque no tengan un efecto bumerán o nos sentemos a esperar por la tecnología y perdamos el sentido de la urgencia para la solución de los problemas que inciden negativamente en los resultados, si de verdad entendemos la necesidad de un cambio de mentalidad para resolver a golpe de mucho trabajo, innovación, ciencia y producción, cooperar todos proponiendo soluciones a los problemas, para que la comunicación fluya por sus canales con mayor transparencia, logrando que haya una correspondencia biunívoca entre nosotros y las tecnologías en función de elevar la calidad de vida del pueblo.

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