Tomado de Cubadebate
Por Randy Alonso Falcón
Por más que lo manoseen y manipulen, el periodismo es y debe ser un arma extraordinaria de verdad y de denuncia. Así lo experimenté aquel 12 de abril de 2002, cuando Venezuela vivía momentos trágicos, en los que el fascismo trataba de sepultar la nueva era que se iba abriendo con el proceso transformador encabezado por Hugo Chávez Frías.
La incertidumbre rodeaba el destino del líder bolivariano, quien había sido hecho prisionero aquella madrugada en Miraflores por los militares gorilas, entrenados a la usanza de Washington y aliados a la oligarquía fascista, y conducido a destino desconocido.