Por Juan Gelman
(Tomado de Página 12)
Las alarmas de la crisis económica europea, los vaivenes del euro, la salida de Grecia
o no de la Eurozona, el enfrentamiento Hollande/Merkel sobre cómo
superar la situación juntando agua y aceite, o sea, austeridad y de-
sarrollo, las reuniones cumbre de los mandatarios de la Unión sacudidas
por las protestas populares, han silenciado casi un hecho no pequeño: la
confesión tácita de EE.UU. y la OTAN de su derrota en Afganistán.
Se produjo el lunes pasado, en la cumbre de Chicago, cuando los líderes otanescos adoptaron la posición de Obama
y firmaron un “pacto de transición” que presentan como conducente a “la
retirada irreversible” de sus tropas del país asiático en el segundo
semestre del 2013, dejando las tareas de seguridad en manos locales.
“Ahora estamos unidos para dar fin responsablemente a la guerra en
Afganistán”, subrayó el presidente estadounidense (www.mcclatchyde.com,
22-5-2). Tal como sucede en Europa, la mayoría de la opinión pública de
EE.UU. se opone a la continuación del conflicto, considera que se acabó
con la muerte de Bin Laden. Y Obama está en brega por su reelección en
pleno año electoral: así cumpliría entonces con su promesa de retirar
las tropas en el 2014 a más tardar.