El escenario diseñado por los organizadores de la OEA bajo la batuta del Departamento de Estado con los foros paralelos de la VII Cumbre de Las Américas, ha estado dirigido a forzar a la auténtica sociedad civil cubana para que acepte y comparta la llamada “sociedad civil independiente” integrada por mercenarios y hasta terroristas, que Estados Unidos ha promovido por décadas.
La delegación cubana no se prestó al plan imperial: hizo las denuncias pertinentes y no entró al salón donde hablaría Barack Obama al Foro de la Sociedad Civil, después de ser entorpecida y sometida a presiones con el indiscutible propósito de humillarles.