Obama, el primer Presidente negro de Estados Unidos -sin dudas
inteligente, bien instruido y buen comunicador-, hizo pensar a no poca
gente que era un émulo de Abraham Lincoln y Martin Luther King.
Hace cinco siglos una Bula Papal, aplicando conceptos de la época,
asignó alrededor de 40 millones de kilómetros cuadrados de tierra, aguas
interiores y costas a dos pequeños y belicosos reinos de la península
Ibérica.