¿Cuántas veces en circunstancias diversas “ganar tiempo” ha sido el objetivo estratégico principal después del golpe?
En cuanto leí que por las presiones hechas por los Estados Unidos, el presidente de facto Roberto Micheletti había aceptado el diálogo con los representantes del Gobierno Constitucional y en lo personal estaba de acuerdo con el restablecimiento de la constitucionalidad, solo que además tenía que ser definitivamente aprobado por el Congreso.
Si hacemos un poco de historia de este controvertido proceso, veremos que cuando la población comenzaba a tomar las calles, la efervescencia revolucionaria tomaba cuerpo en las principales ciudades y parecía obvio el retorno del presidente Zelaya, vino la ingeniosa idea patrocinada por la Secretaria de Estado de Estados Unidos Hillary Clinton, de la mediación del presidente costarricense Oscar Arias. ¿Y cuál fue el resultado?
GOLPE Y MÁS GOLPE; ARROGANCIA Y MÁS ARROGANCIA; MUERTOS Y MÁS HERIDOS Y MUERTOS.
Esa es la dura realidad que ha vivido en estas más de 120 jornadas de batalla que ha protagonizado la resistencia hondureña con una madurez, y fortaleza asombrosas. El sentimiento nacional del pueblo hondureño ha demostrado al mundo que los tiempos han cambiado. Héroes y mártires de la resistencia nacional serán la semilla para que perdure la democracia.
“Ya era hora…¡¡¡Esperamos mucho para esto. Lo malo que veo es que nuestro presidente viene ahora como atado, sin embargo, eso no detiene a la resistencia”, apuntó un latino en su comentario, mientras otro ratifica con pocas palabras que “lo que quiere la gentes es la Constituyente”.
Olimpio Rodríguez Santos, Especialista de Segundo Grado en Alergiología considera que aún cuando esa noticia de que Micheletti abandoraría el poder, el daño ya está hecho y solo hay dos culpables: Estados Unidos y los golpistas. Las víctimas las puso el pueblo. La conciencia nacional del pueblo hondureño ha demostrado al mundo que los tiempos han cambiado. Héroes y mártires de la resistencia nacional serán la semilla para que perdure la democracia.
Se ha puesto en evidencia que en América hay que estar muy alertas porque en cualquier país puede haber un esquizofrénico, títere y sometido como Micheletti, que además ha tenido desde los preparativos el apoyo del Pentágono y de la Casa Blanca.
Con las actitudes actuales del gorilita, ahora disminuido y conmocionado, queda en total evidencia que cuando tuvo un comportamiento con total arrogancia y prepotencia, es porque su amo así se lo ordenaba, como lo obligó ahora a sucumbir. ¡Qué triste papel!
Y qué decir del ejército y la policía que se prestaron para arremeter contra los suyos y cobrar numerosas vidas, allanamientos, persecuciones, maltratos y torturas ¿Qué hará el pueblo con ellos? ¿Cómo accionará el presidente Zelaya cuando sea restituido? ¿Cuáles serían los que integrarían su gobierno? Son interrogantes que tienen desde los más avezados estudiosos del tema hasta el más común ciudadano, de esos que leen la prensa, se informan por el noticiero y también sostienen criterios firmes al respecto.
Como siempre sucede, Fidel, con su asombrosa capacidad de análisis y previsión fue capaz primero, de avizorar el Golpe de Estado y evaluar que de la única forma que ese realizaría sería con el apoyo, abrigo y sombra de los Estados Unidos.
Una vez más ese país queda degradado moral y éticamente. La doble moral que caracteriza en cada uno de sus actos se hizo reina en el caso Honduras con una cara para manifestar débilmente su desacuerdo con el Gobierno de Facto, mientras que por otro ha fungido como autor intelectual, funcional y objetivo de tan burdo accionar utilizando al embajador norteamericano allí, diestro en estas acciones.
Entonces, ¿serán definitivas estas acciones o tendremos que asistir después a otras mafiosas componendas con los amos? El pueblo que protagoniza la resistencia hondureña está muy clara de cuál es el papel que le ha tocado desempeñar en aras de lograr de una vez y por todas el triunfo popular y el establecimiento de una Carta Magna que represente y defienda a las capas más humildes.
Por eso sería otra bofetada a la democracia que los hechos que se suceden a cada minuto a favor de su restablecimiento se coinviertan en una burda trampa.