En la foto: Berta Soler Fernández, Magalis Norbis Otero Suárez,
Sara Marta Fonseca y Odalys Caridad Sanabria de vuelta a casa luego de recibir los regalos de sus amos de la SINA. |
Más o menos al mismo tiempo en que los medios de
información daban a conocer al mundo los resultados de un informe de la
ONG Save the Children, donde Cuba figura como el mejor país de América
Latina para ser madre, la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La
Habana reunía a una docena de sus mercenarias, en su cuartel general del
Malecón habanero, para impartirle un curso sobre “Los Retos del
Liderazgo Femenil: Rompiendo las barreras de la exclusión”.
El
presunto curso introducido por el jefe de la misión SINA en La Habana
el señor Jonh Caulfield y, vía teleconferencia desde Managua, por la
embajadora de Estados Unidos en Nicaragua, la señora Powers, contaba
entre sus puntos de diálogo con preguntas tales como: “¿existen las
mismas oportunidades en Cuba para las mujeres que para los hombres?
¿Sienten que hay o no igualdad de los sexos (derecho a la educación,
participación en la política, oportunidades de trabajo?”