Por Sergio I. Rivero Carrasco
Podríamos estar
hablando de Mariano, Rolando, Hildita o Raquel, todos médicos muy jóvenes
formados por la Revolución que significan hoy la continuidad de los que a lo
largo de 35 años se han recibido como galenos y especialistas en Medicina
General Integral, para integrar el
ejército de las batas blancas que asegura la valía del Programa del Médico y la
enfermera de la familia en nuestro país nacido un 4 de enero de 1986, el cual
constituye uno de los logros más
importantes en la estrategia de salud cubana para asegurar que desde cada
barrio se logre establecer la medicina que precave, que es la verdadera, y dar
a cada paciente la atención, el seguimiento y el tratamiento adecuado.