En varios Estados norteamericanos, desde Minesota a Georgia, algunos legisladores preocupados por la crisis fiscal, las políticas de la Reserva Federal y la debilidad del dólar, han presentado iniciativas que le permitirían a los ciudadanos usar metales preciosos como el oro para declarar impuestos y hacer negocios.
La Constitución de Estados Unidos
prohíbe a los estados imprimir sus propios billetes y emitir su propia
moneda, pero tiene una cláusula antigua que sí permite que acepten
monedas de oro y plata como pago si así lo deciden.
Recientemente, Utah se convirtió en el primer estado en aprobar una
ley que reconoce las monedas de oro y plata como método de pago para
transacciones comerciales.