La reciente firma por el gobernador del estado norteamericano de La Florida, Rick Scott, de una ley que impide hacer contratos públicos con empresas de cualquier país que tengan actividades en Cuba
ha desatado una fuerte polémica que ha puesto de manifiesto el
fanatismo de la derecha cubanoamericana que, con tal de hacer daño a la
Isla, no cree en legislaciones federales ni en los intereses de EE.UU.