Tomado de Antorcha Encendida
Estados Unidos
suele autoproclamarse como un santuario de respeto a los derechos
humanos, libertades y democracia, pero en realidad comete crímenes
monstruosos contra su propio pueblo y contra los pueblos pobres e
indefensos del Tercer Mundo a los que somete a crueles experimentos
biomédicos “con fines científicos” con el apoyo y sustento oficial de la
Casa Blanca. Esos experimentos científicos con personas vivas son tan
criminales como fueron los experimentos médicos de los nazis a los que
juzgó y condenó a muerte en el histórico proceso de Nüremberg.
Desde 1932, es
decir antes de que los nazis practicaran sus inhumanos y crueles
“experimentos” en los campos de concentración, ya en Estados Unidos se
efectuaban ese tipo de estudios pseudocientíficos. Uno de los casos de
mayor impacto fue el "Experimento Tuskegee", un “estudio clínico” que
comenzó en 1932 y que finalizó 1972 en Tuskegee (Estado de Alabama).
Consistió en que los servicios públicos de salud americanos utilizaron a
399 hombres pobres de raza negra a los que tuvieron en observación para
ver la progresión de la sífilis, si esta no era tratada.