miércoles, diciembre 13, 2006

CONVINCENTE EL YO ACUSO DE RAMÓN LABAÑINO

Por Ángel Rodríguez Álvarez

El 13 de diciembre de 2001, solo un día después del Alegato de Gerardo Hernández Nordelo ante el tribunal en Miami, brindó el suyo Ramón Labañino Salazar, otro de los cinco cubanos condenados en Estados Unidos a largas penas por luchar contra el terrorismo.
Ramón dedicó la primera parte de su intervención a denunciar, de manera minuciosa y en términos que no dejan lugar a dudas, la sistemática actividad terrorista realizada desde la Florida y con total impunidad, por diversos grupos contrarrevolucionarios de origen cubano.
El impacto de sus palabras fue grande al decir: "Cuba, mi país, ha sufrido por más de 42 años actos terroristas, agresiones, invasiones y provocaciones que han traído la muerte a más de tres mil 478 seres humanos inocentes y más de dos mil 099 heridos. Cuba, al igual que Estados Unidos, tiene derecho a defenderse."
Más adelante el acusado, finalmente condenado a una cadena perpetua más 18 años, pasó a demostrar la verdadera naturaleza de la misión que él y sus cuatro compañeros, Gerardo Hernández, René González, Antonio Guerrero y Fernando González, cumplían en el territorio de EE.UU.
"En ningún momento -afirmó categórico -hemos buscado información que ponga en peligro la seguridad nacional de este país. Es una total manipulación, que nunca aceptaremos, y una razón por la cual decidimos ir a este juicio, además de exponer claramente esta verdad de todos los actos criminales que desde territorio norteamericano se llevan contra Cuba y el propio Estados Unidos."
Con toda lógica y rigor, con la serenidad con que solo pueden hacerlo quienes se sienten libres de culpas, Ramón demostró palpablemente que el agresor de su país se encuentra en el Imperio y eso le otorga el derecho al agredido a defenderse, " ...y eso es todo lo que hemos hecho, sin dañar a nadie ni a nada."
Convincente, él enfatizó cómo durante los más de seis meses y numerosas vistas del juicio, no fueron probados los cargos imputados, y se detuvo en el contenido de los testimonios ofrecidos de manera absolutamente voluntaria por cinco expertos militares que actuaron como peritos.
Generales, almirantes y coroneles fueron unánimes en afirmar que la actividad realizada por los Cinco no ponía en peligro la seguridad nacional de la Unión, con lo cual quedaba demostrado que la imputación de espionaje constituía una grosera y mal intencionada manipulación política de la verdad.
Vale citar los párrafos finales del brillante Alegato de Ramón Labañino, por su profundo contenido patriótico y humanista:
"¡Si por evitar la muerte de seres humanos inocentes, si por defender a nuestros dos países del terrorismo, y evitar una invasión inútil a Cuba es por lo que se me condena hoy, pues bienvenida sea! "Llevaré el uniforme de recluso con el mismo honor y orgullo con que un soldado lleva sus más preciadas insignias."