jueves, marzo 21, 2019

Plan VS Plan

Por Sergio I. Rivero Carrasco


En 1996 el presidente norteamericano Williams Clinton  firmaba la Ley Helms Burton, engendro de norma extraterritorial que nunca debió nacer, por las afectaciones que provoca no solo al pueblo y gobierno cubanos, sino que remueve el piso a muchos  en el mundo que también reciben las consecuencias de su aplicación, motivo por el cual en los 23 años de firmada, nunca se ha podido aplicar el Título III. Pero a este plan agresivo se le interpuso otro plan o Ley que recoge el sentir y espíritu indoblegable de los cubanos: La ley 80, conocida como “Ley de reafirmación de la dignidad y la soberanía cubanas” aprobada por la Asamblea Nacional del Poder Popular en diciembre del mismo año.


El anuncio de la aplicación del Título III de la Helms… y su aplazamiento solo por solo 45 días y no por seis meses como se había hecho anteriormente, el Ministerio de Relaciones Exteriores hizo un pronunciamiento de rechazo en el que plantea “La pretensión de aplicar plenamente el título III se promueve en contra del criterio de importantes agencias gubernamentales de los Estados Unidos y como consecuencia del poder e influencia que han alcanzado en el gobierno, personas cuya carrera política ha estado marcada por el resentimiento impotente contra Cuba y ha descansado en el uso de la mentira y el chantaje”.


En la presentación de la Ley 80 en el Parlamento, Alarcón de Quesada caracterizó la respuesta cubana a la Ley Helms Burton en contundentes palabras: Nosotros vamos a demostrar qué cosa es la democracia y qué cosa es la solidaridad. Nosotros vamos a hacer que todo nuestro pueblo, que todas nuestras organizaciones la conozcan, estén conscientes de lo que significa el plan anexionista para Cuba, conozcan, además, nuestra respuesta, y estén preparados mentalmente, intelectualmente para asegurar que las generaciones actuales de cubanos no serán jamás esclavizadas, no serán jamás destruidas, no verán su obra liquidada por el enemigo imperialista; pero, además de eso, que seremos capaces de asegurar que nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos, tengan por los siglos por venir la misma voluntad de hierro y la misma conciencia firme e indoblegable de los cubanos de hoy para asegurar que nunca jamás volverán a este país ni la explotación, ni la miseria ni el imperio”.

En consonancia con lo anterior, el Presidente cubano Miguel Díaz-Canel  llamó a los inversionistas del mundo a que no se dejen intimidar por las agresiones imperialistas porque Cuba ofrece garantía a las inversiones que se realizan, y lo puede hacer porque lo proclamado en la Ley de Reafirmación de la soberanía y la dignidad cubanas lo asegura.

En sus Por Cuanto, la Ley de Reafirmación… asegura que Cuba es un país independiente, que el pueblo cubano es fiel portador del legado independentista de los mambises, de los obreros, campesinos, estudiantes e intelectuales que han combatido y combatirán las pretensiones de su enemigo histórico: El imperialismo yanqui, y textualmente insiste: El pueblo cubano jamás permitirá que los destinos de su país sean regidos por leyes dictadas por ninguna potencia extranjera”.


Su Artículo 1 declara como “ilícita la Ley "Helms-Burton", inaplicable y sin valor ni efecto jurídico alguno”, además se considera nula toda reclamación que se ampare en ella con independencia de la nacionalidad.



Como antecedente y se encuentra plasmado en la Ley, Cuba realizó el proceso de negociación de las nacionalizaciones con un grupo de países y de forma progresiva fueron compensadas sus propiedades, pero Estados Unidos No estuvo de acuerdo, se mantuvo al margen de las negociaciones y aprovecha esta coyuntura para hacer valer sus propiedades y utilizarlas como pretexto para dañar la Revolución.


Frente a los supuestos daños que ellos exponen, se alzan las denuncias promulgadas por el Gobierno de Cuba en el Tribunal provincial de La Habana conocidas como Demanda del pueblo deCuba al Gobierno de Estados Unidos por daños humanos  y la Demanda del PuebloCubano al Gobierno de los Estados Unidos por los daños económicosocasionados a Cuba, fruto de un amplio proceso judicial ejemplarizante y televisado para toda la nación, en el que los dañados expusieron todas las afectaciones producidas, las familias destruidas, las pérdidas de vidas humanas, lo cual multiplica con creces las cifras de los pagos supuestamente pendientes que tiene Cuba por las tierras, instalaciones y utilización de otros espacios en actividades que ellos consideran en el engendro de ley como traficar.


En el Artículo 5 se tiene en cuenta la protección de las inversiones futura, es decir, las actuales cuando expresa: “Se encarga al Gobierno de la República de Cuba la adopción de las disposiciones, medidas y facilidades adicionales que resulten necesarias para la total protección de la actuales y potenciales inversiones extranjeras en Cuba y la defensa de los legítimos intereses de éstas frente a las acciones que pudieran derivarse de la Ley "Helms-Burton".  Pero el Artículo 8 protege a los inversionistas cuando expresa su enfrentamiento a toda actividad que propicie o conspire para que pueda ser aplicado cualquier postulado de la Helms Burton, cuando precisa: “Se declara ilícita cualquier forma de colaboración, directa o indirecta, para favorecer la aplicación de la Ley "Helms-Burton". 


Una forma de hacer valer la voluntad de los cubanos es precisamente que el pueblo tenga conocimiento del contenido de la Ley Helms Burton y de esta Ley cubana que la desconoce hace valer en su Artículo 14 la voluntad soberana del conocimiento y la acción mancomunada del pueblo para impedir su aplicación al expresar: “Se convoca a todo el pueblo de Cuba a continuar el examen profundo y sistemático del plan anexionista y colonial del Gobierno de los Estados Unidos de América incluido en la Ley "Helms-Burton", con el fin de asegurar que en cada territorio, comunidad, centro de trabajo o estudio y unidad militar, exista conocimiento cabal de las consecuencias específicas que para cada ciudadano acarrearía la ejecución de dicho plan y garantizar la participación activa y consciente de todos en la aplicación de las medidas necesarias para derrotarlo”.


Cuba siempre ha tenido las armas morales a su favor, la dignidad de un pueblo ha hecho indestructible la Revolución en 60 años frente al imperio más poderoso del planeta y acaba de aprobar una nueva Constitución por la amplia mayoría de los cubanos que protege nuestra integridad, la soberanía, traza las pautas para el desarrollo y ratifica el carácter socialista de la Revolución y el papel dirigente de nuestro único partido en la sociedad: El Partido Comunista de Cuba. Plan contra Plan, siguiendo el legado de Martí.

 

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