sábado, abril 25, 2020

La Pandemia Trump y el Capital


Por Sergio I. Rivero y Abel Pérez


La pandemia Trump y del Capital es más letal que la del nuevo coronavirus, ellos solo causan más muerte y desolación con sus nefastas políticas agresivas politizando la pandemia que hoy vira al mundo patas arriba, y su colosal país, con el “peor Presidente” que haya tenido Estados Unidos en su historia, según han expresado los propios políticos norteamericanos, se encuentre dirigiendo la des-estrategia que no ha dado en el clavo para detener la enfermedad.
Esencialmente lo que más daña hoy a los seres humanos y a los países es la pandemia del Capital, aunque algunos no quieran o no les interese acepar, porque ella está basada en el dinero, en ese poderoso caballero que marca la existencia de las grandes potencias y los grupos de poder a costa del trabajo y explotación desmedida de miles de millones de personas en el planeta.


Ese reparto desigual de las riquezas es la principal debilidad para enfrentar una época signada por los crack económicos, la desaceleración de las economías de las principales potencias hegemónicas y el señoreo a gran escala del hambre, la desolación y las muertes de los menos afortunados como ya sucede.


Las tambaleantes y  desestimadas políticas públicas de “los grandes”, han demostrado las también gigantescas fisuras para dar respuesta a la atención sanitaria masiva que demandan las personas, detener los picos de muertes y enfermos sin seguro médico ni posibilidades de ser atendidos incluso en hospitales públicos o tener una muerte digna y no terminar sus vidas en una fosa común sin identificación alguna.


Esta situación nos lleva a considerar la existencia de tres grupos humanos: Los que más tienen y no quieren perder nada, los que tienen menos y quieren tener más  y los que no tienen nada, que agrupan a la inmensa mayoría. El primer grupo es el espejo en que se mira el segundo, y quieren hacerle creer al tercero que algún día serán como ellos, algo así como un “sueño americano” que la coyuntura actual de esta pandemia con la Covid-19 de consecuencias impredecibles ha demostrado ser una gran pesadilla.


Nada ni nadie puede hacer creer a los más de 7 mil millones de  habitantes del planeta que cada uno puede ser Rey de España, Emperador de Japón, un Messi, o un Bill Gates, y que tendrán un avión y un yate particular, una casa en la ciudad, otra en la playa y una en el campo, es la mayor de las utopías. ¿Quiénes crearían los bienes y servicios, los recursos materiales y espirituales que mantienen la vida del ser humano sobre la tierra?


Esa pandemia del Capital ha sido el motivo o la causa que ha engendrado las grandes desigualdades, la avaricia, la codicia, el egoísmo, la mentira, las fakes new, la post verdad, las guerras, las enfermedades y hasta la esquizofrenia y el fanatismo de algunos empresarios devenidos falsos líderes políticos que venden los principios como si fuera una mercancía, y nunca les ha interesado, ni les interesa, ni les interesarán los que forman parte del tercer grupo que cada vez más lo va comprendiendo. No es casual entonces que el primer grupo traten de  mantenerlos sometidos y si es preciso, desaparecerlos.



No se trata de un juego de frases y palabras, sino de que no jueguen con las vidas de los que menos tienen, de esos con los que Martí, con ojos visionarios y radicales decidió echar su suerte con los pobres de la tierra y ahora, para colmo, Trump propone una vacuna con desinfectante para acabar con la pandemia, o con los enfermos de una vez y por todas para dar paso a la economía.


Esta pandemia del Capital también nos lleva a pensar diferente asidos a la verdad y la justicia, a la solidaridad y el desprendimiento humano, porque es mejor que vivamos en paz y tranquilidad de acuerdo a nuestras posibilidades, que nos acabemos de dar cuenta que no podemos tener todo lo que queremos, sino lo que podemos, porque lo podamos querer solo debemos utilizarlo como fuente de motivación para alcanzar lo que podemos sin ser ilusos pensadores que es realidad el gran “sueño americano”.


Al Capital y para el Capital lo más importante es el dinero, no precisamente quienes crean los bienes, productos, mercancías y servicios que sustentan la existencia del ser humano, o sea, el tercer grupo. “Cuanto tienes, cuanto vales; nada tienes, nada vales”. Esa es su máxima y la actual coyuntura creada con la Covid-19 lo ha puesto de manifiesto: Trump quiere abrir fronteras para salvar los bolsillos y no le interesa los miles de personas que a diario se infestan o mueren en su país por las pandemias, no solo por la covid, también por la del Capital.

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