La rendición de cuentas de los delegados ante sus electores
debería ser un proceso continuo y personalizado según las
características de cada barrio y sus representantes, sin limitarse al
ámbito de las asambleas semestrales.
En la Comisión de Órganos Locales varios diputados resaltaron el
valor del despacho sistemático para recoger o responder planteamientos y
visibilizar la gestión individual a cada nivel, pero también para
acercarse a las peculiaridades socioeconómicas y culturales de la
comunidad, sus necesidades sentidas y reclamos históricos, cuyas
soluciones deberían encontrar lugar en los planes y presupuestos del
municipio si se quiere prestigiar el rol de los órganos locales del
Poder Popular y, en especial, a sus delegados de base.