Por Rosa Miriam Elizalde
Tomado de Cubadebate
Tomado de Cubadebate
La terquedad de los hechos nos pone frente a una paradoja: en lo que respecta a Cuba, al cumplir lo establecido por la Ley estadounidense, Twitter viola las normas que establece para sus propios usuarios. Algunas tan legítimas como librarlos del “spam” o los mensajes basura que fastidian por igual a todo el que está ahí, no importa su filiación política.
Cuba se ha convertido en un tema espinoso para la red social, por la trama perversa de la política y la legislación norteamericana hacia la Isla. No hay que ser un lince para descubrir que la paga a tuiteros profesionales en Miami y servicios especializados que propagan contenido viral, provienen de los 20 millones anuales que el Congreso de los Estados Unidos destina a la Administración, por Ley, para la subversión en el país caribeño.