El gobernador de Florida, Rick Scott, firmó el martes una ley que
prohíbe a los gobiernos locales hacer contratos con empresas que
mantengan negocios con Cuba y Siria, pero la medida quedó en suspenso
este miércoles porque requiere la aprobación del Congreso y del
presidente Barack Obama.
“Debido a que este conflicto podría existir, las restricciones no
entrarán en efecto a menos y hasta que el Congreso apruebe, y el
presidente Obama firme, una ley que permita a los estados imponer
independientemente ese tipo de sanciones contra Cuba y Siria”, dijo
Scott en un comunicado divulgado después de asistir a un acto donde
extremistas cubanos aplaudieron la ley.