La reciente reforma migratoria
aprobada por el gobierno cubano, que elimina anacrónicos trámites
burocráticos para viajar, ha empezado a provocar sus efectos. Una de las
primeras personas que se ha beneficiado de todo eso ha sido -por
supuesto- la riquísima bloguera Yoani Sánchez
quien ha recibido visas para viajar a numerosos países, mientras que
-recordemos- la mayoría de los ciudadanos cubanos, de los que ella se ha
elevado por sí misma al rango de portavoz, sigue encontrando
dificultades materiales y burocráticas para viajar a países europeos o a Estados Unidos,
como los altísimos costos de los viajes y la necesidad de obtener un
visado de ingreso por los países de destino, algo que en la mayoría de
los casos se les niega.
En ese sentido, el pasado 17 de febrero,
la bloguera dejaba su ‘apartamento yugoslavo’ en la odiada ‘cárcel
ideológica’, rumbo a Brasil, y empezaba -con total
tranquilidad y con todos los honores que se deben a una estrella
mediática de su altura- una larguísima gira mundial de 80 días,
acompañada por una apática procesión de periodistas y corresponsales de
medios internacionales.