La mayor sequía en Estados Unidos en más de 50 años amenaza con disparar los precios de la cesta de la compra, pone en cuestión la viabilidad de los biocombustibles y revela el impacto climático en la seguridad alimentaria.
La inusual ausencia de lluvias en el medio oeste y sur estadounidenses se está alargando demasiado y ha reducido a hojas secas y tallos escuálidos inmensas extensiones de maíz y soja, materias primas de la industria alimentaria, que amenazan con disparar los precios no solo en EE.UU., sino a nivel mundial.