Por Sergio Rivero Carrasco
Cumplir cinco
siglos de vida se dice muy rápido, pero cuando hurgamos en la historia de esos
500 años de existencia, apreciamos su riqueza espiritual, moral, cultural,
arquitectónica y valiente de sus pobladores a través de las diferentes
generaciones, es que logramos tener la dimensión de esa Villa de San Salvador de Bayamo, segunda fundada por Diego Velázquez el 5 de noviembre de 1513, que prefirió ser incendiada en 1868 antes de ser ocupada por los españoles, es la que guarda la primigenia
de haberse cantado en sus calles el Himno de Perucho Figueredo, devenido en Himno Nacional Nacional cubano, la que hoy se orgullece por
ser la cuna de nuestra cultura y Monumento Nacional declarada el 10 de octubre de 1978.
Hoy quiero en mi
blog hacerle un homenaje a Bayamo y me parece que el mejor modo de hacerlo es
llevarlos a través del lente de Ismael Francisco por el fotorreportaje
publicado hoy en el sitio digital Cubadebate.
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