El bloguero oficialista de la SINA con cara de marine frustrado. |
Por M. H. Lagarde
Tomado de Cambios en CubaLa camioneta chevrolet apareció de la nada, como si la hubieran dejado caer en paracaidas. ¿La 82 división aerotransportada acababa de desembarcar en el apacible barrio habanero de Miramar? Nada de eso. La camioneta estaba tripulada por un bloguero oficialista de la SINA con cara de marine frustrado al timón y algún desconocido tracatán aprendiz del patio, cámara en mano.
El frenazo de la camioneta, estilo película del sábado, a pocos pasos de donde yo me encotraba al parecer tenía el fin de sorprenderme mientras fotografiaba a los mercenarios mientras entraban en fila india y como mansos corderos en el Centro de Entrenamiento de la SINA en La Habana, sito en la esquina 7ma y Miramar. En realidad el revuelo a lo Hollywood estaba de más. Ninguno de los blogueros o miembros de la prensa que retrataban a la servil procesión de anexionistas cubanos entrando a la residencia de sus amos estaba allí ni enterrado en la tierra ni vestido de camuflaje.